«A principios de este año, un inmigrante en España no se sentía bien y acudió al hospital con síntomas de tuberculosis. Se le negaron las pruebas y fue enviado a casa. No mucho más tarde se sintió tan mal que corrió a la sala de emergencia, donde nuevamente fue rechazado. Poco después… murió. Al igual que muchos inmigrantes ilegales, el hombre vivía en un pequeño espacio con otros diez. Dado que la tuberculosis es una enfermedad contagiosa, los otros diez ahora también están en riesgo».

 


(Foto: flickr/PP de CyL)

 

«Aún así, es poco probable que reciban algún tipo de ayuda en España: como consecuencia de las medidas de austeridad y un cambio legislativo en el año 2012, el gobierno no proporciona asistencia a unos 873.000 inmigrantes no registrados, excepto atención médica de emergencia. Esto podría crear una gran crisis de la salud pública en un futuro muy próximo, advierten los investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres».

«Hasta ahora la atención de los medios de comunicación se ha centrado en el impacto de la austeridad en el sistema de salud de Grecia, donde existen informes de incrementos dramáticos en el VIH, enfermedades mentales, tuberculosis y hasta la reaparición de la malaria. Grecia puso en marcha sus recortes en sanidad dos años antes que España, por lo que sus efectos se han hecho evidentes antes».

«Pero la situación en España es tan preocupante, advierte Helena Legido-Quigley de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, que teme que, si el gobierno no cambia de rumbo pronto, brotes similares podría muy bien ocurrir en España«.

Leer artículo completo en The Economist

Print Friendly, PDF & Email