El plan del gobierno que detallamos hoy en radiocable.com es de una magnitud desbordante: ambicioso, valiente y sólido:

«El gobierno ultima un plan para dar un ordenador a cada niño de primaria» [leer]

La propuesta, que se implantará de forma paulatina, atiende a una de las críticas más feroces que ha recibido la educación en los sucesivos gobiernos democráticos españoles: el de la incapacidad para la innovación. Al gobierno de Zapatero no se le va a poder acusar de esto.

El mundo al que nos enfrentamos es cambiante. Los principios, las verdades absolutas, que estaban vigentes no hace tanto son reinventados casi cada día. En el sistema educativo esto ha sido profundamente transformador: la sociedad que acumulaba conocimientos ha dado paso a una nueva sociedad, la que los enlaza, y la que establece relaciones. Y a esa revolución, paradojicamente, llegaron antes más alumnos que profesores.

La medida no es sencilla, por eso debe ser aplaudida, porque se trata de política con mayúsculas.  Cientos de profesores por todo el país descubrirán pronto que hay alumnos tan capacitados como ellos para gestionar sus conexiones, sus conocimientos, sus links. Pero no deben tener miedo: esos alumnos siguen necesitando referencias, dirección y ayuda. Necesitan maestros con la mente muy abierta. La transformación de esta medida es revolucionaria y completamente transversal. Obligará a crear mecanismos de asistencia, a reeducarlo todo, e incluso impulsará nuevos sectores.

Así que esta es, sobre todo, una medida que contribuirá a empujar a nuestra sociedad hacia el futuro.