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Ángel Vila, capitan del barco que se enfrentó, junto a Greenpeace, a los vertidos nucleares que eran lanzados al mar frente a Galicia rememora aquella acción de hace 30 años. (Foto: Flickr/Greenpeace)

Si en vez de ser de Ribeira hubiera nacido en Gloucester o Devon, probablemente su historia hubiera sido llevada al cine y le pondríamos la cara de George Clooney o Russell Crowe. Pero Ángel Villa, patrón del Xurelo sigue siendo casi un desconocido, excepto entre los pioneros del movimiento ecologista en España. En 1981 y 1982 su barco fue decisivo para que la comunidad internacional se enterara de que los residuos nucleares se vertían al Oceano Altántico y se prohibiera esta práctica.

En cierta forma, el Xurelo fue el barco que cambió los mares del mundo. En dos ocasiones este palangrero de 20 metros de eslora se enfrentó a grandes cargueros holandeses que vertían desechos radiactivos al mar. Estaba ahí cuando dos bidones impactaron de lleno sobre una lancha de Greenpeace y casi matan a su tripulante. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y se convirtieron en símbolo de la lucha antinuclear. Casi 30 años después, Vila recuerda en radiocable.com como fueron aquellas expediciones.

Todo comenzó en septiembre de 1981. Greenpeace se disponía a enviar al navío Sirius a la Fosa Atlántica -una zona de 2500 km2 a unos 700 km de la costa gallega-, para impedir que dos barcos holandeses arrojaran 6.800 toneladas de residuos nucleares. Pero la embarcación sufrió una avería. por lo que pidieron ayuda a Esquerda Galega para llevar a cabo la misión. Y estos escogieron el barco Xurelo. Era un pesquero de madera de 20 metros cuyo capitán era Ángel o Anxo Vila.

Al mando de una tripulación con 4 marineros y 12 políticos, ecologistas y periodistas navegaron 300 millas marinas (700km) para localizar a los cargueros holandeses. Una tarea difícil, dados los precarios métodos de navegación de la época, pero que lograron gracias a algunos trucos del capitán. Una vez junto a los barcos que lanzaban los redsiduos, e intimidados por una fragata militar, protagonizaron su protesta y simularon encontrarse junto a un cementerio.

La Vanguardia 11-9-1982

Al año siguiente en 1982, el Xurelo volvió a la Fosa Atlántica acompañado por otros dos pesqueros y con el Sirius, el barco de Greenpeace. Fue entonces cuando pudieron enfrentarse a los cargueros holandeses. Concretamente dos lanchas de los ecologistas se pusieron debajo de las gruas que lanzaban los bidones al mar. En un momento dado, estos cayeron sobre la zodiac. Es una de las imágenes más famosas de la historia de Greenpeace y fue retomada en un video por los 25 años de la ONG en España.

 

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Angel Vila, aunque de forma modesta, se declara «contento y satisfecho» de aquellas expediciones que al final fueron decisivas para lograr la prohibición de los vertidos nucleares a la Fosa Atlántica. «Cuando quieres hacer una protesta y la cosa te sale bien, pues te quedas lleno y satisfecho total. Y lo sigo estando, por que si no hay residuos, no hay que esperar mal».

En 2006, Luis Teira de la Asociación Cultural Altofalante organizó un homenaje a aquel viaje del Xurelo. En su web puede puede verse una foto de la tripulación del barco que 25 años antes había protagonizado la «aventura». La imagen fue tomada por Xose Castro que también fue miembro de la expedicion.

El Xurelo sigue teniendo ficha en el Censo de la flota pesquera del Ministerio, aunque se hundió en noviembre de 2002… más o menos coincidiendo con la tragedia del Prestige.

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