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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

 

 No es que me sorprenda. Estamos acostumbrados a que toda medida política sea discutida, -y así debe ser-, aunque se agradecería algo más de nivel en lugar de tanta frivolidad. El viernes, por ejemplo, a cuenta de los 110 km/h, Esteban González Pons definió la reducción de velocidad para ahorrar consumo como una medida «soviética».

 No aportó, tampoco, ningún dato para avalar la queja. No dijo, -«mire usted, esta medida no ahorrará más que 1/3 de lo prometido y creará muchos más problemas que beneficios, yo propongo…blablabla…» Ni lo dijo, ni se esperaba que lo hiciera. Así está el nivel político español.

 En los medios la cosa no ha ido mejor. Una buena parte de la prensa española acusó al gobierno de improvisar. Claro, el gobierno anuncia una medida, tras consultar con el grupo de técnicos y científicos del Ministerio de Industria pero se le olvidó contar con Pedro J. Ramírez, con el ABC, y con La Razón, antes de legislar. Ya se sabe quién tiene aquí el mandato de los ciudadanos.

  Sin duda el gobierno improvisa cuando toma medidas, no como Pedro J. que en dos horas es capaz de fabricar una portada y encontrar a un técnico que tras el sesudo análisis realizado durante la llamada telefónica coincide con él en lo disparatado del asunto.

«El gobierno frena a España», -decía el ABC, «Ocurrencia ante la crisis libia, prohibido conducir a más de 110″ -decía El, Mundo, y «España a 110 por hora», -defendía La Razón.

En lo que a mi respecta, personalmente, me siento incapaz de saber si la reducción de velocidad supondrá un ahorro de 1500 millones de euros al año como ha dicho el gobierno.  No soy ningún técnico pero lo que si está avalado por las organizaciones ecologistas es la ecuación de menor velocidad=menor consumo y por tanto menor contaminación. Así que el ahorro puede suponer esa u otra cifra similar.

 No digo que no resulte incómodo o que sea menor la cuantía final, pero resulta razonable poner en marcha políticas de ahorro ante la grave crisis energética que vive el mundo a cuenta de la obsolescencia y de la dependencia del crudo,… y añádele unas pocas revueltas de por medio.

 Es más, es una pena, en mi opinión, que estas políticas sean tan solo «transitorias» pues lo que que nos va a permitir es poner el foco en algo verdaderamente relevante: el altísimo grado de contaminación que puede evitarse con una simple medida como la de levantar el pie del acelerador. A algunos todo esto le parece frívolo. Y así nos va.

 

 

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