«¿No somos capaces de vender las casas? No hay problema: las derribamos -escribe en La Reppublica-.  España, en lucha por dejar atrás desde hace cinco años la burbuja del ladrillo y maniatada por un stock de 800 mil casas no vendidas, ha elegido la línea dura: el Sareb, el banco público que ha heredado el patrimonio inmobiliario de los bancos, ha asignado en su presupuesto una cifra de 103 millones de euros para proceder a la demolición de algunas piezas de su patrimonio inmobiliario».

 


(Foto: flickr/besos y flores)

 

«La reciente recuperación económica (el PIB ha aumentado del 0,1% en el tercer trimestre) no ha conseguido reactivar el mercado: en el segundo trimestre de este año sólo se vendieron alrededor de 80.000  viviendas, un 2, 3% menos que el año anterior y muy lejos de los aproximadamente 250.000 que se vendieron en el mismo período en los años dorados para el negocio inmobiliario en España».

«La decisión, como es obvio, ha desatado la polémica en Madrid. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca, la asociación que representa a las miles de familias arruinadas por su hipoteca , ha atacado el «Banco malo», como lo llaman en España, pidiendo que asigne las viviendas desocupadas a quien está en dificultades y no tiene un techo bajo el que cobijarse. El Sareb se ha visto obligado a precisar que el plan de derribo arrancará de manera gradual y afectará sólo a edificios fantasma del todo inutilizables».

Leer artículo completo de en La Repubblica

 

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