Sopa de tomate contra un Van Gogh, puré de patatas contra un Monet, manos pegadas a un Picasso o pasteles contra la figura de cera de Carlos III son las formas elegidas por diversos ecologistas en todo el mundo para intentar llamar la atención sobre la emergencia climática y la inacción de los gobiernos apuntando a obras de arte. De momento, este nuevo activismo basado en el eslogan «vida por encima del arte» está logrando acaparar titulares y generar un gran debate… aunque no precisamente sobre la necesidad de actuar para frenar el cambio climático y evitar los impactos más devastadores, sino más bien sobre los límites del activismo.

El pasado 14 de octubre, dos jóvenes del movimiento Just Stop Oil lanzaron sopa de tomate contra el cuadro «Los Girasoles» de Van Gogh. Nueve días después, activistas alemanes, de otro colectivo Letzte Generation (Última generación), han estampado puré de patatas contra la obra «Les Meules» de Claude Monet en un museo alemán. Han sido las dos acciones de protesta climática más visuales y que más repercusión y altavoz mediático  han tenido, pero no han sido las únicas.

Dos personas pegaron, el 9 de octubre pasado, sus manos en el cuadro «Masacre en Corea» de Pablo Picasso en un museo de Melbourne y este 24 de octubre, de nuevo dos activista de Just Stop Oil han lanzado pasteles contra la figura de cera del rey Carlos III en el museo Madame Tusseauds de Londres.

Cuatro actos en museos y contra obras de arte con un mensaje: «¿Qué tiene más valor? ¿El arte o la vida? ¿Qué  preocupa más, la protección de un cuadro o la de nuestro planeta y las personas?» La dos activistas del Van Gogh han explicado sus motivos y sus reclamanciones. 

Y si el objetivo era llamar la atención de los medios y la opinión pública, parece evidente que los activistas han tenido un gran éxito. Han generado además un gigantesco debate. Ahora bien los temas que se han instalado y  domina las discusiones  tras sus acciones de protesta contra obras de arte, no se centra tanto en la necesidad de actuar contra la crisis climática sino más bien sobre el activismo. Y hay opiniones para todos los gustos.

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