Y «Caín» vió la luz. El escritor presentó en Penafiel, Portugal, su nueva novela, con gran expectación y firmó ejemplares hasta bien pasada la medianoche, más de 1.000, uno por uno. Saramago vuelve a las librerías de todo el mundo con Caín, personaje bíblico resucitado moralmente por el autor, y cuyo libro se muestra «implacable con la especie humana, que ha inventado al Señor».

En la obra -según Público-, Saramago redime a Caín del asesinato de Abel y señala a Dios como «autor intelectual» al despreciar el sacrificio que Caín le había ofrecido.

Saramago tuvo ayer palabras para quienes cuestionan su interés por los asuntos de la fé, «Hay quien me niega el derecho de hablar de Dios, porque no creo. Y yo digo que tengo todo el derecho del mundo. Quiero hablar de Dios porque es un problema que afecta a toda la humanidad», aseguró Saramago .

Porque críticas vendrán. Caín se ha presentado en Portugal, país profundamente católico del que Saramago se autoexilió tras recibir varios vetos con su libro «El evangelio según Jesucristo»

El autor, sin embargo, cree que la historia no se repetirá «No. Ya metieron una vez la pata. No repetirán la experiencia, a no ser que quieran caer en el ridículo», dice Saramago:

«En mi opinión, los católicos no tienen motivos para enojarse con Caín, porque no tiene nada que ver con ellos. El libro habla del Antiguo Testamento, y me parece que los católicos no leen la Biblia ni el Antiguo Testamento. Tienen el Nuevo Testamento, que es un texto simpático con parábolas bonitas. Creo que Caín sentará mal a los judíos, porque la Torá es su libro.»

«Caín, no era un santo era todo lo contrario, pero en el fondo era más limpio de mente y más transparente» -asegura.

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