En medio de la fuerte sequía que vive España, ha resurgido el debate sobre los campos de golf y el gran consumo de agua que necesitan. Andalucía, una de las regiones españolas más afectadas por la falta de lluvias, es paradójicamente la que más campos de golf tiene en España, 109. Y según los cálculos de los ecologistas cada uno de estos campos consume una cantidad de agua equivalente a de una población de entre 10.000 y 15.000 personas. Extrapolando este volumen, el centenar de campos de golf andaluces requieren la misma cantidad de recursos hídricos que 1 millón de personas. Y aunque desde la Federación se asegura que el 70% se riega con agua residual y depurada, los ecologistas lo niegan y piden que no se construyan más.

Andalucía es la CCAA española con mayor cantidad de campos de golf, 109, muy por delante de Castilla y León (46) y Cataluña (40) y está considerada la región con la «concentración de campos de golf más importante del mundo». Y en plena sequía, ecologistas como Santiago Martín Barajas denuncian que el consumo de agua de estos campos es el equivalente al de una población de más de un millón de personas y que la gran mayoría se riega con agua de pozos. Por ello pide «no hacer ni un solo campo de golf más».

La estimación del consumo de agua se basa en datos que detalla un artículo de Aristóteles Moreno en Publico.es y que evidencia que un metro cuadrado de césped necesita en regiones secas como Andalucía entre 1.500 y 2.000 litros de agua al año. De tal forma que un campo de golf de 18 hoyos consume el equivalente a una población de entre 10.000 y 15.000 habitantes. Y una extrapolación en la horquilla más baja de este cálculo muestra que los 109 campos de golf andaluces gastan como mínimo la misma cantidad que una población superior al millón de personas cada año.

La memoria de los Planes Hidrológicos 2022-2027, que se encuentran en tramitación administrativa, apuntan que el golf asume en torno al 2% del consumo total de agua de Andalucía. Y aunque esta actividad deportiva representa un reclamo turístico de primer orden, se está poniendo el foco en el impacto medioambiental que supone en el contexto del cambio climático y la crisis hidráulica que se avecina en las próximas décadas.

La Real Federación Española de Golf asegura que la mayoría de las canchas ya utilizan agua regenerada o desalada no apta para consumo humano. Un informe difundido en enero de 2019, y esgrimido ahora por una fuente de la RFEG consultada por Público, señala que el 80% de los campos menores de 18 hoyos usan agua de procedencia residual, mientras que en las praderas mayores ese porcentaje disminuye al 60%.

Pero esto no concuerda con la versión de expertos y ecologistas. El ingeniero agrónomo Santiago Martín Barajas niega que la mayoría de los campos de golf estén regados con agua regenerada. «No es verdad que se riegue con agua residual reciclada», ha declarado a Público. «La gran mayoría están regando con agua de pozo. Digan lo que digan». Y defiende que se ponga fin a la construcción de nuevos campos de golf en el sur de España.

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