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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

En mi opinión, tal y como dije el viernes (5-6-2009) en Hora 25 y ayer en 59 segundos (10-6-2009), Zapatero anunciará más tarde o más temprano el cierre de la Central Nuclear de Garoña. No puede hacer otra cosa. Tanto por la promesa electoral que hizo, como por el rechazo que tiene la energía nuclear entre los progresistas.

Dentro de 2 años Garoña cumple 40 años de vida, el tiempo para el que fue diseñada. Hay partes que han sido reemplazadas pero la vasija por ejemplo -que no puede ser sustituida- sigue siendo la misma.  Su cierre, en todo caso, no debe responder solo a razones técnicas, -que también- sino que tiene que ser una decisión política porque al márgen de Garoña hay que desterrar los mitos de la energía nuclear.

Pese a lo que se dice, la energía nuclear:

 no es limpia -en todos los procesos: minería, elaboración, construcción, procesamiento etc, se emite más CO2 por cada kWh producido que con cualquiera de las energías renovables-;

No es segura -Hay muchos accidentes en todo tipo de grados y de hecho ninguna compañía del mundo quiere asegurar centrales, además de ser  un potencial objetivo terrorista devastador-,

ni da independencia energética -el uranio se compra en Níger y se procesa en el extranjero, donde también se compra la tecnología de fabricación-, ni somos tan dependientes de Francia -exportamos más electricidad a Portugal de lo que importamos de Francia-,

ni es barata -para construir una central se necesitan subsidios estatales milmillonarios-

Por otra parte, si de verdad se pretende cambiar el modelo productivo español, el ámbito energético es capital, especialmente el de las nuevas formas de energía alternativa. Lo es por las nuevas bolsas de empleo que genera -transversales, pues afecta a muchos sectores-, por las tendencias de consumo que marca y por los mercados internacionales que abre.

Pero como decía antes la decisión no puede ser técnica, porque por cada informe que encontremos contra la Energía Nuclear, los lobbies energéticos publicarán dos, muy elaborados a favor de la misma. La decisión debe ser política y tiene que ver con el tipo de mundo que queremos construir.

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