El de Jadraque no aparecía hasta ahora en los mapas que localizan los más de 300 campos de concentración franquistas, pero investigadores locales y ahora un equipo de ocho arqueólogos del CSIC han encontrado los fosos en los que vivieron más de 4.000 presos republicanos, semienterrados, hacinados y mal alimentados. Según destaca El Diario.es, los restos del campo de concentración en este monte de Guadalajara se conservan desde abril 1939 casi intactos.


En la localidad castellano-manchega de Jadraque, se conocían los barracones de piedra en los que vivieron los soldados del Ejército de Franco, durante la guerra. Abandonados y tomados por la maleza, muchos niños jugaron en ellos durante décadas. Pero había además unos 30 túmulos a ambos lados del camino que ahora, gracias una investigación de arqueólogos del Incipit-CSIC, liderado por Alfredo González-Ruibal y Luis Antonio Ruiz, se sabe que fueron el «alojamiento» de hasta 4.000 personas recluidas en los que fue un campo de concentración franquista.

Los investigadores locales Alfonso López Beltrán y Julián Dueñas fueron los primeros que descubrieron las excavaciones en la tierra y los documentaron con un vuelo de dron. Luego revisaron el Archivo General Militar de Ávila y los datos del Instituto Geográfico Nacional y encontraron documentos que hablaban de la existencia en el monte de un puesto de mando, una central de transmisiones y un campo de concentración en el que hasta marzo de 1939, había censados un total de 4.338 prisioneros.

Ahora, con financiación de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, un equipo de ocho arqueólogos, remueve la tierra y arbustos para descubrir las condiciones en las que estuvieron desde 1937 los prisioneros. Los soldados franquistas usaron primero a los reclusos republicanos capturados para levantar sus barracones y luego, entre marzo y abril de 1939, el lugar se convirtió en campo de concentración.

Y Alfredo González-Ruibal denuncia que en este lugar: «no se cumplieron las condiciones mínimas de tratamiento de los prisioneros de guerra. Estuvieron en zanjas, vivieron semienterrados, hacinados y mal alimentados. Vivían en madrigueras, rodeados por una cerca de alambre de espino».

Para los arqueólogos, el hallazgo es único porque se conserva intacto. Dicen que es difícil encontrar otro con una entidad material similar a la que hay en Jadraque. Se conservan trincheras, un campamento militar, un campo de trabajos forzados y el campo de concentración. Es un sitio de memoria, pero también de patrimonio.

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