Martin Dahms apunta que aunque él siempre ha defendido a España, cada nueva noticia de corrupción o nepotismo como la de los parentescos de 100 empleados del Tribunal de Cuentas, aumentan sus «dudas». El corresponsal del Frankfurter Rundschau y el Berliner Zeitung asegura en radiocable.com que en cualquier caso España aun tiene, a diferencia de Grecia o Italia, una imagen internacional de país relativamente serio. Pero resalta el aumento del hartazgo social hacia estas situaciones y la necesidad de que toda la ciudadanía se involucre para que haya cambios.

Martin Dahms asegura: «Mi reacción al enterarme ha sido la de xasi todos los españoles: `Esto también. Lo que nos faltaba´. Durante años yo he sido el animador de mi círculo de amistades españolas. Ellos decían que todo se iba a la mierda, que no había esperanza, que el país es así. Y yo decía que era una chorrada, que España es un país serio en el fondo, donde hay algunos casos desagradables de corrupción, de nepotismo… pero eso no quiere decir que todo el país fuera asi. Pero con cada nueva noticia, a los corresponsales, igual que a los españoles, nos están entrando dudas. Qué pasa en este país que parece que nadie tiene ganas de hacer las cosas como se debe. Es una gran decepción y casi una desesperación.»

En cuanto a si esto afecta a la imagen de España, señala: «A diferencia de otros países como Grecia, o incluso Italia, España todavía tiene una imagen de país relativamente serio. Y para que eso cambie, tienen que ocurrir un montón de cosas. Y lo del Tribunal de Cuentas no llega al nivel de noticia internacional de la que se hable en el mundo. No creo que llegue a Alemania, por ejemplo. Porque las historias de corrupción son difíciles de vender, porque hay en todo el mundo. Yo personalmente he escrito de corrupción en la Casa Real y en el gobierno con el Caso Bárcenas. Tiene que llegar muy alto para que sea noticia internacional.»

Pero añade: «Lo preocupante del caso del Tribunal de Cuentas no es que haya casos de corrupción en sí, sino que los haya en tanta cantidad. Eso sería difícil que sucediera en Alemania. Pero ese no es el problema. Todos sabemos que eso es inadmisible, pero todos entendemos que así funciona un poco España. Parece que es más importante conocer a la gente adecuada que las propias habilidades. Aquí la gente siempre se queja de ello, pero en el momento de la verdad también recurren a esos hilos o lazos.»

Martin Dahms analiza también si hay esperanza de que el hartazgo social hacia la corrupción en las instituciones y la llegada de un nuevo Rey provoque cambios: «La esperanza tiene que estar y si todos los que se quejan, intentan hacer las cosas bien, habrá cambios. Pero lo que está creciendo claramente en España es el hartazgo. Tiene que ver con la crisis, pero cada vez se percibe más y es preocupante por el tono crispado en el que se habla de todo: políticos, reyes, funcionarios, bancos… y está afectando a la convivencia. Las cosas pueden cambiar, pero lo harán lentamente y la solución pasa porque todo el mundo en su ámbito cambie.»

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