¿Pueden los humanos sentir pena por los robots? A juzgar por lo sucedido recientemente en unas pruebas militares, basta un conjunto de cables para despertar nuestra empatía.
Nuestra relación con los robots va a ser más compleja de lo que se podía sospechar.

El Washington Post desvela una interesante anécdota sucedida en Arizona. Se ponía prueba un robot diseñado para limpiar campos de minas. «La mejor manera de limpiar un campo de minas es caminar sobre él», sostiene el diario. La máquina, con varias patas y con forma de arácnido, tenía que hacer precisamente eso: andar sobre las minas e ir provocando su explosión. Pero, cuenta el Washington Post, el Coronel que estaba al mando del ejercicio no pudo resistir la escena. El robot, con forma de arácnido, tenía que pisar cuantas más minas mejor, perdiendo patas por el camino. Después de cada explosión, el robot se levantaba y seguía caminando como podía. Finalmente el militar dio la orden ante los atónitos ojos de sus compañeros: «Detengan la prueba. Es inhumano»…

[via ElPais]

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