Un editorial del prestigioso semanario británico analiza la situación del nuevo partido de la izquierda abertzale y hace una recomendación al gobierno español: «no sientan simpatía por los descendientes del ala política de ETA, pero no los ilegalicen». The Economist defiende que Sortu es «lo mismo de siempre aunque diferente» y que su participación en las elecciones permitiría formalizar el rechazo a ETA en las urnas.

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El texto de The Economist lleva por título «Tápense las narices y dejen que se presenten? y empieza comparando la situación con la paradoja conocida como el barco de Teseo «Si, con el tiempo, se cambian todas las tablas de una nave, ¿sigue siendo la misma nave? Los magistrados del Tribunal Supremo de España afrontarán en breve esta misma pregunta. Sortu, una nueva formación política que pretende la independencia del País Vasco, es el invento de altos cargos de Batasuna, partido prohibido en 2003 por sus vínculos con los terroristas de ETA. Sortu afirma que no es lo mismo que Batasuna y que se le debe permitir su registro como partido. En esto, aunque en poco más, tiene razón?.

El semanario defiende que «otorgar a un partido el derecho a participar en elecciones no le confiere el sello de legitimidad. Los desesperados de Sortu han hecho poco para ganársela. Toda la historia de su movimiento es de intransigencia y truculencia. Sus aliados ideológicos en ETA se han manifestado repetidas veces ser socios de negociación no fiables. Incluso ahora no muestran señal alguna de dar pasos en la entrega de armas. Sin embargo, traer a los representantes de la militancia vasca bajo la luz democrática sería el mejor modo de exponer sus deficiencias… Sería el rechazo definitivo de ETA. Y ha de ser en las urnas?.

En otro artículo The Economist sostiene que «los rostros son nuevos, pero los muchachos de la trastienda son los mismos. ??Sortu?? ha sido creado por Batasuna, partido proscrito en 2003 como frente para el grupo armado ETA. Ahora un tribunal tiene que decidir si Sortu por sí mismo debería ser declarado ilegal. Los
estatutos del nuevo partido clara (y repetitivamente) indican que se opone a la violencia. La
principal razón de la prohibición de Sortu es que se trata de la nueva marca de Batasuna.
Incluso las personas que piensan que debería legalizarse lo reconocen».

??Lo optimistas replican que no es malo. Incluso los más feroces opositores a ETA reconocen que los líderes de Batasuna necesitan ayuda para poder apartar el grupo de la violencia. La representación política podría darles una mayor influencia sobre los hombres armados. Hay quien teme que la aparición de un grupo intransigente equivalente al IRA añada otra década de violencia separatista a los 50 años de historia de violencia separatista. No obstante, la mayoría de los vascos cree que el fin de ETA está cerca. La cuestión es cómo y cuándo ocurrirá.»

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