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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

La asistencia del Presidente del gobierno al «National Prayer Breakfast» ha provocado un inquietante debate en nuestro país: ¿Debe alguien que se ha inclinado por el laicismo acudir a una convocatoria de naturaleza religiosa?.

El debate podía haberse planteado en otros términos, como ha sucedido en EE.UU, ¿Debe la política en genérico incidir en la separación Iglesia-Estado? ¿Lo vulnera un desayuno? Algunos colectivos en EEUU creen que sí y han solicitado al Presidente Obama que no asista.

Se podía haber producido en esos términos, insisto, pero no ha sido así. Lo que se enjuicia en España es la «coherencia» del Presidente Zapatero, aunque en realidad, mucho me temo, que se le está juzgando por declararse laico.

Esa mirada, tal y como dije ayer en 59 segundos, refleja un concepto sobre la izquierda y los progresistas lleno de prejuicios.

Pese a lo que tratan de instalar en la sociedad algunos, los progresistas son enormemente tolerantes con la religión y con la espiritualidad. Una cosa es huir del dogmatismo y defender el espacio privado -no institucional- de la política religiosa, y otra muy diferente -y perfectamente compatible- es defender la tolerancia y el diálogo.

Por una parte, el acto de hoy escenifica perfectamente la complejidad de la política norteamerica en la que religión, Institución, empresa y lobby, conviven con absoluta naturalidad. Si queremos relacionarnos con ese pais, tenemos que aceptar que sus costumbres son diferentes a las nuestras -esta es una premisa que se aprende viajando-, y parece evidente que no van a cambiarlas para relacionarse con nosotros.  Además, al acto en sí, como se ha dicho, han acudido siempre personalidades de todas las condiciones ideológicas.  Incluso Bono, de U2, comenzó su discurso afirmando: «Es raro tener a una estrella del rock aqui, pero es posible que sea más raro para mi que para ustedes. Porque he evitado a la gente religiosa la mayor parte de mi vida».

Pero por otra parte, el Presidente Zapatero, ha pasado los últimos años defendiendo el diálogo de civilizaciones y el encuentro de las religiones, lo que le ha provocado no pocas críticas de la oposición. Sería gracioso que ahora el Presidente no fuera coherente con su propio discurso y hubiera decidido plantarse ante una convocatoria así.

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