Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «unas palabras en torno a Repsol. Como tantas otras veces, los árboles no nos dejan ver el bosque. Estamos en el medio de un barullo monumental. Repsol, Sacyr, Lukoil… Están enredados en confusión indescriptible bancos, cajas, inmobiliarias, partidos políticos e incluso, se ha llegado a decir, la Zarzuela. Pero veríamos el verdadero gran problema de nuestra debilidad energética: más del 80% de toda la que consumimos procede del exterior, nuestro grado de autoabastecimiento no llega al 20%.

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Dado que la energía es vital, debemos entender que España es un país con «respiración asistida», pero no nos parece que esa realidad sea percibida con la claridad que corresponde. Nadie añora consensos ni echa a faltar una estrategia de Estado. Los grandes temas (energías alternativas, nuclear) se rozan apenas y no es fácil deducir los objetivos de largo alcance de cada partido. Los episodios recientes solo nos muestran juego corto y contradictorio. El PP impidió el acuerdo Endesa-Iberdrola. Luego se opuso a un acuerdo Gas Natural-Endesa. Lo de los campeones nacionales le parecía ridículo y no ocultó que el ángulo catalán de la fórmula le resultaba indigesto. Y abrazó la fe en la alemana E.ON. Ahora recupera las esencias y ondea la bandera española con gran patriotismo energético, pero Aznar se movió en favor de Gazprom. El PSOE fue siempre rotundo en este terreno. No está dispuesto a permitir que se pierda el liderazgo nacional. Pero todas sus maniobras son misteriosas: en su influencia en favor de la italiana Entel, luego de Acciona, luego de Sacyr, hubo escasa claridad. Aparecían, eso sí, hombres de confianza: Entrecanales, Rivero… Tampoco ahora se sabe gran cosa. Pero, como en todos los casos anteriores, vemos disputa política de callejón, de pinchazo, mandoble y puñalada. Sin perspectiva, sin horizonte. Siendo como somos, repetimos, un país con respiración asistida.»

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