La Confederación Hidrográfica del Tajo, Iberdrola y de rebote el gobierno español están en el punto de mira de los distritos portugueses de Portalegre y Castelo Branco, por haber gestionado una sueltas de agua que están causando un desastre ecológico y económico. Les acusan de «asfixia premeditada» por haber retenido el caudal del Tajo, por los intereses de la multinacional, y luego haberlo soltado de golpe para cumplir con sus obligaciones, provocando primero una sequía y luego una tromba de agua que se desperdició.

(Foto: Flickr/Frontespo)

Al compartir el río, según el acuerdo firmado entre Madrid y Lisboa en 1998 y revisado en 2008, España debe garantizar que el caudal anual total del Tajo supere los 2.700 hm3 antes del 30 de septiembre de cada año. En esa fecha de 2019, la cifra se cumplió «escrupulosamente», pero según denuncian desde Portugal y recoge un artículo de David Brunat en ElConfidencial.com, mediante una treta: durante todo el año se envió a la cuenca portuguesa solamente el agua justa para respetar el caudal ecológico del río, muy por debajo del volumen trimestral acordado, y luego en 15 días se soltaron 200hm3 de agua de golpe.

Esto provocó que durante meses, esta región de Portugal -una de las más pobres y cuya subsistencia depende en gran medida del turismo- sufriera una severa sequía y después una riada tan grande que hizo imposible que el lecho del río la asumiera, dañando la flora y fauna, o que se pudiera haber aprovechado para otros fines. Esto ha provocado además un perjuicio económico significativo a los vecinos de toda la zona, que articulados en el Movimiento por el Tajo (ProTejo), están denunciando la situación.

Las críticas se dirigen sobre todo a la CHT por anteponer los intereses de una multinacional Iberdrola a los del interés público. La eléctrica vasca es quien maneja el grifo del agua a través de sus dos embalses extremeños: el de Cedillo, ubicado justo en la frontera, y el de Alcántara. Y dado que en ambos tiene centrales hidroeléctricas, puede retener o soltar agua en función de sus necesidades para generar energía, siempre que deje salir el caudal ecológico mínimo del río, 7m3 semanales.

Pero este año, Iberdrola habría evitado descargar agua durante la primavera porque no necesitaba producir energía y optó por soltarla de golpe a finales del año hidrológico. Algunos alcaldes portugueses sugieren que España también especuló con el caudal del río antes la perspectiva de que la UE decretara el estado de sequía y eso evitar la obligación de entregar más agua a Portugal.

El problema no afecta solo a a esta región de Portugal, varios municipios extremeños fronterizos también denuncian el perjuicio que sufren y estudian realizar una acción conjunta con sus homólogos portugueses para pedir que no se repita esta situación de emergencia medioambiental, turística y económica.

(Foto: Flickr/Andresnieto)

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