En 2017, los ingresos fiscales de España alcanzaron el 37,9% del PIB, según datos de Eurostat. Apenas tres países de la eurozona recaudaron menos: Irlanda, Letonia y Lituania. En cambio Francia llegó al 53,9%, Finlandia al 53,2% y Bélgica al 51,2%. Y países como Alemania o Italia también tuvieron una recaudación fiscal muy por encima de la española, 45,2% y 46,6% respectivamente. Esto pone de manifiesto que una de las formas para solucionar los problemas de España para pagar los servicios públicos podría ser aumentar los ingresos.

rueda de prensa

Las últimas rebajas de impuestos aprobadas por el gobierno y la política llevada a cabo para salir de la crisis reduciendo el peso del sector público ha provocado que España esté a la cola en recaudación fiscal a nivel europeo: 7 puntos por debajo de la media de la UE y 8,3 menos que la de la Eurozona. Los ingresos públicos han crecido, según indica un artículo de Javier G. Jorrín en ElConfidencial.com, incluso menos que el PIB nominal y están tres puntos por debajo del que había en plena burbuja inmobiliaria.

De hecho, España ha seguido en este terreno un camino inverso al de otros países europeos que reforzaron sus Estados de Bienestar durante la crisis y pasaron de recaudar en torno al 44,5% del PIB antes del estallido a superar el 46% en la actualidad. El gobierno de Mariano Rajoy en cambio ha rebajado el gasto público en estos años y tiene intención de reducirlo aún más para acercarlo al 38% del PIB que es lo que recauda. Porque de hecho, España sigue teniendo desfase presupuestario y en 2017, dado que el gasto público ascendió al 41% del PIB, tuvo un déficit público del 3,1%.

Si la recaudación fiscal de España se equiparase con la media de la eurozona, es decir 8,3 puntos más, contaría con 96.600 millones de euros extra para destinar al gasto público. Las pensiones de jubilación contributivas en 2017 costaron 82.800 millones, lo que evidencia que el sostenimiento del Estado de bienestar es una cuestión política, no económica.

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