Dos noticias positivas para el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático: En Francia, se ha aprobado este 10 de abril una ley que prohíbe las rutas aéreas domésticas que puedan ser cubiertas en un trayecto de tren de menos de dos horas y media, para reducir las emisiones de carbono. Por otro lado, en Groenlandia la victoria en las elecciones del partido de la izquierda ecologista, Inuit Ataqatigiit, pone en cuestión un gran proyecto de minería de tierras raras que suscitaba una gran controversia y al que se oponen desde la formación política.

Los diputados franceses han votado a favor de prohibir las rutas aéreas domésticas que puedan ser cubiertas en un trayecto de tren de menos de dos horas y media. Esta medida es parte de un proyecto de ley más amplio, que acaba de iniciar su tramitación parlamentaria, cuyo objetivo es reducir para 2030 las emisiones de carbono en un 40% (comparado con niveles de 1990).

La decisión ha sido criticada por la industria de la aviación que atraviesa una gran crisis a causa de las restricciones por la pandemia. Sin embargo la votación ha tenido lugar apenas unos días después de que el gobierno galo anunciar que contribuirá con 4.000 millones de euros a la recapitalización y rescate de Air France, su aerolínea de bandera. Y algunos ecologistas han señalado que aunque la prohibición es positiva, la norma «se queda corta» ya que se pedía que se abolieran todos los trayectos aéreos que pueden ser cubiertos en tren en 4 horas.

Por otro lado en Groenlandia, en las elecciones, ha ganado con el 36,6% de los votos el Inuit Ataqatigiit, el partido de la izquierda ecologista, derrotando al Siumut, el partido socialdemócrata, que llevaba gobernando casi ininterrumpidamente la isla desde 1979 -sólo salieron del poder entre 2009 y 2013-. Esto además de suponer un vuelco político, ya que el Inuit Ataqatigiit aboga por la independencia de Dinamarca, tiene además serias implicaciones para un proyecto de minería de tierras raras y las explotaciones mineras en general.

El actual gobierno de Siumut estaba a favor de un gran y controvertido proyecto de a empresa australiana Greenland Minerals -controlada por Shengue Resources, una empresa de China- para explotar los recursos mineros que parecen existir en Kvanefjield (o Kuannersuit en unuit), al sur de Groenlandia, en concreto las tierras raras ricas en neodimio. Este es un componente que se usa para fabrica decenas de productos desde cristales de astronomía, láseres, turbinas eólicas o vehículos eléctricos.

Pero este proyecto, que también contemplaba la extracción de uranio, había suscitado la inquietud y rechazo de la población local y ha tenido un impacto significativo en el resultado electoral. La minería es uno de los principales sectores económicos de Groenlandia y el cambio climático podría facilitar algunas explotaciones hasta ahora difíciles por la presencia del manto de hielo que cubría la isla. Esto permitiría los groelandeses ganar en autonomía e ingresos y reducir su dependencia de los subsidios que les envían de Dinamarca.

Sin embargo en estas elecciones, los votantes han primado la protección medioambiental y que el desarrollo se lleve a cabo sin daños ecológicos. Aunque la mitad de los groelandeses afirman no ser contrarios a los proyectos mineros, se pide que cualquier explotación sea respetuosa del medio ambiente. Y desde el Inuit Ataqatigiit se defendía que el proyecto de Kvanefjield no cumple esas condiciones. Su triunfo puede asimismo dificultar otros planes de extracción minera en la isla, que hace dos años atrajo, precisamente por esto, la atención de Donald Trump y una polémica oferta de compra.

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