El cuadro preferido de George W. Bush

 

Ha bautizado la pintura con el título de «A charge to keep» (una tarea por cumplir) y su autor se llama WHD Koerner. En ella se ve a un jinete del antiguo Oeste cabalgando sobre un terreno difícil, perseguido por un grupo de vaqueros a pie. A George Bush le gusta tanto que lo tiene colgado en su oficina. Se siente identificado con el jinete, que según su interpretación: «sirve a algo más grande que nosotros mismos?. Pero Harper´s Magazine revela que en realidad la historia detrás de la pintura tiene poco de místico y mucho de… delictivo.

 

Wilhelm Heinrich Dethlef Körner (que más tarde pasó a ser William Henry Dethlef Koerner) fue un pintor de origen aleman que triunfó en EEUU a principios del siglo XX. Se especializó en ilustrar escenas del «Salvaje Oeste» y los indios. Y curiosamente fue colaborador de Harper´s Magazine. La pintura que tanto admira el presidente fue un encargo en 1916 para ilustrar el cuento ??The Slipper Tongue? en otro periodico.

 

George Bush está convencido que representa a un misionero expandiendo la palabra de Dios -de la Iglesia metodista cristiana para ser exactos- por la America del Oeste del siglo XIX.  De ahí lo de «la tarea por cumplir» y lo de «servir a algo más grande». De hecho el jinete tiene cierto parecido con el propio presidente. Otros como el blog Mangas verdes, que se ha hecho eco de la historia, proponen otras interpretaciones de la pintura.

 

Pero lo realmente insólito de la historia, es que el cuadro en realidad no fue hecho para honrar a nigún misionero. Según la investigación del blog Talk to Action y del libro «The Bush Tragedy«, el protagonista del cuadro no es otro que un ladrón de caballos descubierto que huye de una multitud que pretende lincharle en Sand Hills (Nebraska). 

 

Muchos han apuntado el valor de la metáfora que representa toda esta historia. Bush se identifica y se ve a si mismo como una especie de cowboy cristiano superando dificultades… que en realidad es un criminal huyendo con una pequeña ventaja de la multitud que le persigue para hacerle pagar sus delitos.

 

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