La publicación del uso y abuso del dinero público que han hecho durante años los diputados británicos ha provocado un auténtico terremoto político en el Reino Unido. El diario The Daily Telegraph se ha apuntado el éxito de este gran «scoop» o exclusiva. Sin embargo, una periodista freelance, Heather Brooke, llevaba años trabajando en este mismo caso y había conseguido ya que los datos se hicieran públicos en pocas semanas. El Telegraph se adelantó comprando los documentos. Un artículo de El País da los detalles de la historia y ella misma lo ha contado en una entrevista en la BBC.

La periodista freelance Heather Brooke

Brooke empezó a desentrañar la maraña británica en 2004. Antes había trabajado en Washington en un reportaje sobre el uso personal que los legisladores americanos hacían de los fondos públicos. Quiso hacer lo mismo en el Reino Unido y pidio la información a la Cámara de los Comunes. Pero a difrerencia de EEUU, donde le facilitaron los recibos sin problemas, en Westminster le negaron los documentos. Le dijeron que los harían públicos en unos meses, pero nunca cumplieron.

La periodista empezó entonces un peregrinbaje por los tribunales, apoyándose en la Ley de Libertad de Información (Freedom of Information Act), aprobada cuatro años antes, pero todavía en fase de aplicación. Agotó todos los recursos legales y en mayo pasado, la High Court, la máxima instancia judicial británica, falló a su favor, conminando al Parlamento a difundir esa información que se empecinaba en retener en aras de la «privacidad» y la «seguridad».

Los datos debían salir a la luz en julio. Pero el 8 de mayo, el Daily Telegraph se adelantó y publicó en primicia los primeros datos de la investigación. Todo el mundo da por hecho en el Reino Unido que el periódico lo hizo a base de talonario, comprando el disquete informático que detallaba los gastos y que al parecer llevaba algun tiempo a la venta. Algunos incluso han dado la cifra de 300.000 libras.

El papel de Heather Brooke en toda esta historia, que ya se ha cobrado la cabeza del  speaker (presidente) de la Cámara de los Comunes, Michael Martin, ha quedado un tanto en la sombra. Pero ella defiende por encima de todo «el derecho del público a saber toda la verdad». Y de hecho ha recibido una oferta para llevar al cine su lucha.

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