Finalmente el Ministro de Justicia Mariano Fernandez Bermejo ha dimitido de su cargo. La noticia aunque ha pillado a muchos por sorpresa ha provocado un aluvión de reacciones y comentarios en la blogosfera. En general el gesto de Bermejo ha sido recibido con satisfacción en ambos espectros ideológicos, aunque por motivos diferentes. Hay coincidencia en admitir que el Ministro cometió serios errores… pero también muchos señalan que estos han sido de menor gravedad que los cometidos por otros que no han dimitido. Y muchas reflexiones piden que actos de responsabilidad política como este se generalicen… tambien en el PP.

Mariano Fernandez Bermejo
(Foto: Flickr/PSOE Totana)

Arsenio Escolar reflexiona sobre las implicaciones de la disimión: «Ha movido ficha Zapatero: ha caído el ministro Bermejo, víctima primero de sus propios errores (no sólo en la famosa cacería) y, después, de la presión del PP… y del PSOE. Mariano Rajoy pierde ahora la disculpa a la que se aferraba para no acometer un asunto mucho más importante que las andanzas cinegéticas de Bermejo: los indicios de corrupción, no generalizada, pero parece que sí muy extendida… En la dirección del PP algunos cuentan que Rajoy sí va a acometer el problema ahora, que va a mover ficha, que va a tomar decisiones internas muy contundentes… pasado el 1 de marzo»

Cesar Rodriguez en su blog Juego de tronos considera que la decisión de Bermejo es un acto a imitar: «Le convenía al Gobierno (su talante guerrillero y su locuacidad no eran los más adecuados para realizar una tarea institucional). Le conviene a él (como diputado podrá lucir sin cortapisas su lengua acerada). Y no le conviene al PP. A pesar de que los de Rajoy presumirán de que han cazado una pieza mayor en el coto de Zapatero deberían tomar nota y aplicarse el cuento. La decisión más o menos voluntaria de Bermejo (propiciada de forma clarísima por La Moncloa para evitar males mayores)  es un ejemplo a imitar. Por políticos de todo signo y afiliación que hayan quedado con el culo al aire o que estén en entredicho. También en el partido de la gaviota.»

Jessica Fillol de No mires a los ojos… reflexiona sobre los motivos por los que se pedía su dimisión. «A pesar de la sonada dimisión, creo que el PP lo ha hecho rematadamente mal en sus argumentos para pedirla: hace unos meses los funcionarios de justicia le montaron una huelga, la semana pasada se la montaron los jueces, el caso de Mari Luz puso en pie de guerra a la ciudadanía en contra de la actuación de la Justicia? y en el Partido Popular se empeñan en pedir la dimisión del juez por el asunto de la cacería a la que le invitó un ex-miembro de la ejecutiva local del propio PP?

Ignacio Escolar opina sobre la dimisión del ministro de Justicia: «motivos tenía, pero no por la famosa cacería, una gota que parece que ha colmado el vaso.»

Nacho de la Fuente comenta las declaraciones de Solbes diciendo que «envidia» a Bermejo: «Pues lo tiene fácil el responsable de Economía: se planta en Moncloa, presenta su dimisión y que decida la sonrisa de Zapatero. Que lo haga cuanto antes porque a lo mejor le hace un gran favor al presidente. Mejor largarse que quedarse en el Gobierno a regañadientes. Necesitamos que alguien gestione bien la profunda crisis económica que soportamos y de la que tan poco se habla últimamente. Y que lo haga con ganas. Hoy el titular del Ministerio de Justicia [ojo, o el propio Gobierno] fue consecuente con sus errores y decidió apartarse del escenario político.»

Borja Ventura recuerda a Lopez Aguilar, anterior ministro de Justicia y también que: «Sin duda, Bermejo ha sido un mal ministro, polémico en sus declaraciones e inoperante en sus decisiones. Podría haber dimitido antes, aunque surge la duda de si éste era el mejor momento, con el Partido Popular mordiendo el cuello de la presa, abatida por El Mundo con aquella fotografía de la cacería. Dimitir es reconocer su error, sí, pero también dar la razón a un PP al que ya no le quedarán cortinas de humo para esconder sus incendios: la trama de espionaje y la de corrupción.»

Marco Ferrara en Semáforo abierto espera que el PP siga el ejemplo: «Si Bermejo se fue simplemente por participar en una cacería, ¿que deberán hacer los imputados del PP por corrupción? La derecha explotó hasta la saciedad este episodio cinegético con el fin de tapar la multitud de escándalos que le salpican y ahogan desde hace unos días. ¿Quién dimitirá por el espionaje interno en la Comunidad de Madrid presidida por Esperanza Aguirre? ¿Quién dimitirá por la corrupción en filas del PP de Madrid y Valencia? […] Es obvio que el Partido Popular tiene un problema serio: si ayer iba de predicador anticorrupción, hoy va a tener que responder de sus escándalos no sólo en su propia parroquia sino ante la sociedad entera.»

Merce Perelló en Opiniones relfexiona sobre Bermejo y como siguen la vida y la corrupción: «su etapa como Ministro de Justicia no ha sido ningún camino de rosas. No es ningún secreto que en el PSOE había bastante malestar con el tema de la cacería con Garzón, y para acabar de rematar el asunto, el expediente de la Junta de Andalucía por cazar sin licencia, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Me parece una decisión acertada por parte de Bermejo, quien ha manifestado: ??No puedo tolerar la utilización de los acontecimientos que todos ustedes conocen para dirigirlo contra quienes trabajamos por los ideales del Gobierno socialista?.

El autor del blog Me sabe mal asegura sobre el adios de Bermejo: «coincido con la opinión expresada por el protagonista («es lo mejor que podía hacer«), pero no con el silencio tacticista de tantos compañeros, que no se han pronunciado en un caso tan claro de negligencia política.»

Francisco Rubiales en Voto en blanco, considera que es una gran noticia para la democracia y la regeneración de España, aunque se muestra escptico: «Si la dimisión de Bermejo es la consecuencia de la aparición de algo de ética en la política, entonces enhorabuena a todos, pero más bien nos tememos que la salida de Bermejo haya respondido al cabreo de sus correligionarios porque sus actuaciones han provocado una caida en las posibilidades electotrales de los socialistas y que esa dimisión no signifique en modo alguno un cambio de rumbo de la política española, donde han conseguido anidar demesiados chorizos, corruptos y otras especies deleznables de la fauna del poder.

En el blog Es de justicia diferencian entre resposabilidad política y penal: «Para quienes amamos la tradición anglosajona de la resposabilidad política, la dimisión del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, es una muy buena noticia. Según esta tradición, no hace falta matar a nadie ni ser un corrupto para que uno se vea en la obligación de dimitir. Basta, por ejemplo, que los directamente administrados convoquen una huelga detrás de otra y que se nieguen a negociar con uno por falta de credibilidad o porque se les trata con la misma dureza y desprecio que si fueran la oposición política»

En Twitter, la noticia también ha provocado muchos comentarios. Algunos irónicos como el de Santiago Vicente: «¿La próxima dimisión de un político será de alguién del PP por corrupción o del PSOE por una multa de tráfico?» o el de Raul Pleguezuelo¿Cuanto tardaran Aguirre y Camps en dimitir por errores mayores a los de Bermejo?».  Otros hacen notar que «Bermejo no ha dimitido por una imputación, sino por un caso de higiene democrática.» y también  que» Bermejo hace bien de irse, la huelga fue su fracaso, y la cacería una torpeza.»

 

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