La importancia de luchar contra el impacto «colateral» de la Covid-19 sobre la salud mental y emocional de la población ha sido puesta de relieve por acciones recientes del gobierno japonés y de la Organización Internacional del Trabajo. En el país nipón para luchar contra el aumento de suicidios registrado durante la pandemia han abierto una oficina específica en un Ministerio para tratar de combatir las consecuencias de la soledad y el aislamiento provocados por el coronavirus y que afectan especialmente a mujeres y adolescentes. Por su parte la OIT ha insistido en la necesidad de proteger la salud mental de los trabajadores sanitarios durante la pandemia.

soledad cuarentena

En 2020, Japón, que ya era uno de los países con una mayor tasa de suicidios en el planeta (16,6 casos por cada 100.000 habitantes), registró un significativo aumento en el número de personas que se quitaron la vida que sumaron 20.919. Para ponerlo en contexto, los fallecidos en Japón por el coronavirus fueron 3.460. Y durante la pandemia el incremento de suicidios fue especialmente marcado entre las mujeres, un 14,5% más que el año anterior, y entre niños y adolescentes, un 30% más.

Para intentar luchar contra este problema, cuyo aumento se relaciona con el mayor aislamiento vivido por la pandemia y la reducción de contactos sociales por las restricciones adoptadas, el gobierno japonés ha anunciado una medida pionera: la creación de una oficina especial para paliar la soledad en el Ministerio de Natalidad y Revitalización Regional. El responsable directo de esta tarea será el propio ministro, Tetsushi Sakamoto.

En Japón, las altas tasas de suicidio están en parte relacionadas por la propia cultura del país, pero además la pandemia ha tenido un impacto en la salud mental de la población que se está dejando sentir. Por ejemplo la drástica reducción de contactos sociales es una de las explicaciones que barajan los expertos para explicar el aumento de suicidios de adolescentes dada la importancia que este aspecto tiene en estas edades. Y la soledad y aislamiento generales también son señalados como causas del incremento.

Por otro lado la Organización Internacional del Trabajo ha insistido en la protección de la salud mental de los trabajadores sanitarios durante la pandemia de COVID-19. Recuerdan que éstos se encuentran en primera línea de la lucha contra la pandemia de COVID-19 desde hace más de un año, lo que ha ampliado su carga de trabajo y su jornada laboral, reduciendo su tiempo de descanso. Además corren constantemente el riesgo de contagiarse y muchos de ellos deben hacer frente a casos de violencia, acoso o estigmatización en su trabajo.

Está situación está repercutiendo adversamente en la salud mental y en el bienestar de los trabajadores sanitarios hasta el punto de que la OIT habla de que “ha surgido otra pandemia”. Resaltan que los sanitarios se están enfrentando a estigmatización y discriminación y la presión que están sufriendo  provoca estrés, ansiedad, insomnio, depresión, trastorno por estrés postraumático o suicidios. Y piden medidas de apoyo para prevenir este impacto en la salud mental, que afecta además al rendimiento del personal médico y aumenta las deficiencias ya existentes de trabajadores.

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