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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Muchos periódicos extranjeros han llevado a sus páginas este fin de semana la nueva Ley de economía sostenible del gobierno. También, y por extensión, la situación económica española. Anne Cheyvialle en Le Figaro señala: ??Los españoles se encogen de hombres esperando la llegada de la recuperación económica?. El Financial Times pone el foco en que ??Los sueldos que reciban los directores españoles serán públicos? y Graham Keeley en el británico The Times explica: ??España baja el aire acondicionado para ahorrar energía? .

También el norteamericano The Wall Street Journal publica un amplio análisis de Irwin Stelzer titulado: ??España, enferma internamente pero con poderío exterior, ha de hallar una nueva base»:

??La impresión de los españoles de que el paro es una condición natural no es el único factor de la relativa tranquilidad con que se acepta una tasa del 20%. Hay un generoso sistema de prestaciones que paga durante dos años entre el 80 y el 90% del último salario percibido, lo que hace que los parados sean reacios a aceptar casi todas las ofertas de empleo. Lo que complica el problema: los patrones son reacios a contratar personas que han estado satisfechas de haber estado sin trabajar en los dos últimos años, sobre todo porque, si luego son despedidos, el empleador ha de pagar el equivalente a entre 30 y 40 días de salario por cada año trabajado?.

Por último, hay una economía sumergida que permite a muchos de los que están recibiendo la subvención por paro obtener otros tipos de ingresos. García-Legaz y otras personas con las que hablé calculan que la producción de la economía sumergida oscila entre el 20 y el 25% del PIB. […] Sin embargo, hasta que Zapatero supere la oposición de los sindicatos, que le apoyan, a la reforma del mercado de trabajo, algo por lo que no ha mostrado inclinación alguna, los continuos aumentos de los costes laborales seguirán poniendo fuera del alcance un robusto crecimiento. […] Si España desea evitar convertirse en el enfermo de Europa, hará falta algo más que deseos y discursos.

En realidad The Wall Street Journal está acogiendo los mitos más injustos. Dice que los patrones son «reacios a contratar personas» porque, si luego son despedidos, el empleador «ha de pagar el equivalente a entre 30 y 40 días de salario» por cada año trabajado. Es cierto que es un discurso recurrente entre quienes defienden esas teorías en público. Sin embargo dado que el sueldo de los españoles es paupérrimo, los empresarios confiesan sin pestañear que los 40 días por año no son un impedimento para contratar aunque tampoco tienen reparos en pedir que se reduzca esa indemnización. Por ganar que no sea.

Por otra parte es inquietante que el Wall Street Journal crea  que los parados son «reacios a aceptar casi todas las ofertas de empleo» porque tenemos un «generoso sistema de prestaciones». Eso supone instalar la idea de que los parados son unos parásitos cuando en realidad están recibiendo el dinero que un día ellos mismos cotizaron.

A nadie le gusta estar en el paro. A todo el mundo le gusta sentirse útil y ocupado. No hay más que ver  el efecto psicológico que provoca en una familia esa situación. Lo que pasa es que eso no significa que por el hecho de cobrar el desempleo, una persona tenga que cambiar de sector, de región, de sueldo y a menudo, aceptar todo tipo de aberraciones laborales, sólo por el hecho de no ser catalogado como «reacio». Se trata de tener un sistema laboral justo y fuerte; no un sistema laboral y punto.

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