En palabras del diario Le Monde, en su artículo El giro a la derecha de Mariano Rajoy, «la reforma de la Ley sobre el aborto no es la primera concesión del Gobierno de Mariano Rajoy al ala más dura de su partido y a las reivindicaciones del Episcopado católico. Tras una primera mitad de la legislatura absorbida por la urgencia de la situación económica, el Presidente del Gobierno conservador español ha iniciado recientemente una serie de reformas más ideológicamente marcadas».

 


(Foto: flickr/Gaelx)

 

«El Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, -sigue Sandrine Morel en Le Monde- quiere establecer una pena de prisión perpetua y unos servicios mínimos que podrían restringir el derecho de huelga. Por otro lado, la nueva la Ley de educación ha fortalecido el peso de la Iglesia en la enseñanza: la religión será una asignatura optativa del bachillerato, evaluada al igual que las otras».

Ahora el gobierno continúa con esta vuelta al pasado con una ley del aborto, «la más restrictiva desde el final de la dictadura, como aseguran asociaciones feministas y de izquierda, que creen que el aborto, con esta ley, será pura y simplemente prohibido».

En otro medios, como por ejemplo la televisión francesa, BFMTV han tenido amplia repercusión las palabras de Najat Vallaut-Belkacem, «ministra de los Derechos de la Mujer de Francia que ha expresado su profunda preocupación ante la adopción en España de un proyecto de ley que prácticamente suprime el derecho al aborto».

The Independent, por su parte hace mención de la generalización de «las protestas en España tras la aprobación por el gobierno de una nueva y dura ley sobre el aborto que permitirá tal procedimiento sólo en casos de violación, grave riesgo físico o mental de la madre, o cuando las malformaciones del feto pongan en riesgo su vida».

Liberation destaca que «este proyecto de ley del gobierno anula los avances recientes», mientras que The Wall Street Journal está tomando medidas «para acabar con el derecho al aborto».

El diario italiano Il Giornale reconoce, eso sí, que, con la oposición que genera este proyecto de ley que ahora debe ir al Parlamento, «el partido apenas ha comenzado«.

 

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