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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El israelí Maariv publica una entrevista con el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero firmada por de Nadav Eyal y con el título: ??Somos amigos?.

??Recientemente, España ha tomado una serie de medidas positivas hacia Jerusalén, en las que ha actuado para cerrar una demanda de un tribunal español contra altos cargos israelíes por el bombardeo de la casa de Saleh Shehadeh, y ha condenado la entrevista publicada por el diario ??El Mundo?? a David Irving, que niega la Shoah. En Jerusalén se espera que reaccionen con satisfacción a las palabras de Zapatero. Sobre la cuestión de si cree que Israel y los palestinos han llevado a cabo crímenes de guerra, el Presidente del Gobierno de España dijo que no es su papel decirlo, pero que ??en la historia de violencia que ha provocado tanto dolor parece que ha habido casos que no son aceptables. Sin embargo, si queremos crear unas negociaciones que traigan la paz a la región no podemos entretenernos en cada suceso. Si queremos promover la paz entre Israel y los Palestinos debemos pensar en aquellos que todavía están con vida, en los que han quedado con vida y todavía seguirán estándolo en los próximos años???.

??Hace sólo unas semanas se publicó un duro informe de la Liga Anti-Difamación que determina que se está extendiendo el antisemitismo en España, pero Zapatero niega absolutamente su existencia. En la entrevista, Zapatero también habla de la crisis económica mundial y de la derrota de los líderes social-demócratas en Europa, y cuenta además: mi familia es de origen judío, al parecer una familia de anusim (conversos)?.

 En el artículo, Nadav Eyal, hace una controvertida afirmación, que hoy precisamente ha repetido Netanyahu. El líder israelí ha agradecido públicamente al Presidente que los tribunales españoles no persigan a militares israelíes. Un agradecimiento un tanto envenenado, porque hasta ahora no teníamos la constatación de que Zapatero había influido en ese cambio de rumbo jurídico.

Quizá ese sea el precio que haya que pagar para que España sea un interlocutor válido ante Israel. Quizá, incluso, eso nos permita ayudar a construir la paz entre árabes e israelíes. Pero es injusto que se confunda todavía el antisemitismo con reclamaciones jurídicas. Porque uno puede desearle lo mejor al pueblo de Israel y paralelamente ser inflexible con las violaciones a los derechos humanos. Es increible que haya gente a la que le sorprenda.

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