Leticia Dolera en la Sobremesa Cafetera: “El odio al feminismo une a los fascistas”

Leticia Dolera añade que quiso humanizar a los agresores y también a las feministas y para eso colocó al personaje de la madre de uno de los acusados ante un situación inesperada: «ella empieza diciendo que siempre va a creer a una mujer que denuncie… salvo cuando denuncian a tu hijo. Y de pronto hay grises. Pero me pareció interesante humanizarla. Porque precisamente en estos tiempos de deshumanizar al contrario hay una necesidad constante de tener un contrario. Y eso nos ha pasado a las mujeres feministas que hemos estado en el ámbito público o mediático. Pero una feminista también es madre, hermana, amante, tiene sus propias contradicciones y heridas y no es perfecta». Añade que el caso de cancelación que sufrió «en sus propia carnes» también le hizo querer «colocarme en los lugares incómodos donde a priori como feminista no te pondrías».

Además la actriz explica que quiso mostrar en la serie el contexto en el que se producen las agresiones sexuales y los cambios que provocan: «Cuando hay una agresión sexual, la víctima es la principal afectada. Pero hay todo un entorno que se rompe. Hay muchos afectados. Y por eso, muchas veces, uno de los motivos por los que las mujeres no denuncian es por el miedo a como va a afectar al entorno. porque no quieren romper la familia, las amistades, una comunidad… Pero por eso mismo, la reparación también pasa por lo colectivo. Es un problema estructural y social y la solución pasa por lo colectivo».

En la entrevista, Dolera también comenta el reto que supone hablar de sexualidad hoy en día: «Sigue siendo un tema tabú. Todo el mundo se pone a la defensiva. Se dice `No va a entrar la política en mi cama´ cuando la política ya ha entrado en tu cama. Entra todo el tiempo. En tu cama, en tu construcción del deseo, en muchas cosas que piensas que forman parte de tu libre albedrío y no es así. Y deberíamos ponernos serios y buscar unos mínimos para poder nombrar las partes del cuerpo, hablar del deseo, del consentimiento…». Y en relación a los adolescentes de esta época y como abordan la sexualidad, apunta: «Ahora hay un cambio radical con los smartphone y la tecnología. Ha cambiado nuestra forma de relacionarnos e incluso de pensar».

Y en particular señala la facilidad de acceso a la pornografía para los menores de edad: «No es un mito. No es una cosa de feministas enfadadas o exageradas. Los psicólogos y al gente que trabaja con chavales implicados en casos de agresión, dicen que la pornografía es un pilar de la construcción de su sexualidad y el consentimiento. Porque en el 95% de la pornografía, el no consentimiento forma parte del juego y del erotismo. y se erotiza la violencia».

Leticia Dolera también reflexiona sobre el feminismo que define como «una mirada crítica de la sociedad que intenta buscar la igualdad»; los posible errores y la necesidad de autocrítica, pero subrayando que «no se le puede culpar de todos los males » porque eso es mentira. Y al final es simplificar un problema complejo y convertirlo en identitario». Y alerta además: «El anti-feminismo se está convirtiendo en un pegamento identitario en los movimientos fascistas y ultraliberales porque el odio también une». (Serie Pubertat de Leticia Dolera)

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