Lester Ziffren delante de su oficina en Madrid
(Foto: Universidad de Missouri)

[FOTOS] Lester Ziffren era corresponsal de United Press en España en 1936. Y fue el primero en informar al mundo del levantamiento del general Franco contra el Gobierno de la República. Consciente de que se trataba del inicio de la Guerra Civil y temeroso de la censura, ni siquiera mandó la noticia tal cual, sino que se inventó un acrónimo, un texto en el que con la primera letra de cada línea se formaban las palabras la «Legión Extranjera de Melilla se subleva, declarada la ley marcial». Ziffren falleció el pasado mes de noviembre a los 101 años.

La Universidad de Missouri, donde estudió, le rindió un homenaje al cumplir los 100 años en el que recopilaron toda clase de anécdotas sobre su vida y su labor, especialmente en España. Ziffren contó como fue el Marques de Bolarque (uno de los compositores del «Cara al Sol») con quien había hecho amistad, el que le confirmó el inicio del levantamiento. Las comunicaciones al exterior de la península estaban cortadas, pero consiguió que un contacto en la compañía telefónica les abriera una línea 60 segundos para llamar a Londres.

??Mothers everlastingly lingering illness likely laryngitis Aunt Flora ought return even if goes north later equally good if only night…» Asi empezaba el mensaje que Ziffren telegrafió. No tenía demasiado sentido. Hablaba de la larga enfermedad de su madre, probablemente laringitis y de lo conveniente de que la Tía Flora volviera, aunque era igual de bueno si lo hacía de noche. Pero pasó la censura y los editores de United Press, comó contó años después uno de ellos en un libro, descifraron el código y captaron el mensaje: las tropas de Melilla se habían sublevado. 

Ser el primer periodista que contó al mundo el inició de la Guerra Civil española le convirtió en una pequeña celebridad. Pero además Lester Ziffren destacó por ser amigo de Ernest Emingway y Thomas Mann y guionista de algunas películas de Hollywood. Llegó a Madrid en 1933, pensando que sería un destino tranquilo, y permaneció hasta finales del 36, informando de cada paso de la guerra, burlando los controles de inteligencia del propio Franco. 

Ese protagonismo en el exterior le trajo problemas. Sus contactos le informaron que el caudillo quería tomar represalias contra él y decidió abandonar España. Lo que vió en la guerra civil y en las otras siete revoluciones que cubrió en América del Sur le dejaron tan traumatizado que prefirió emigrar a Hollywwod que aceptar el puesto de corresponsal en Italia que le ofrecieron. Aunque ahí terminó su carrera de periodista, después siguió relacionado con el Departamente de Estado y con una multinacional del cobre en Chile.

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