Desde los años de Robert Capa, la imagen de quienes cubren gráficamente los conflictos bélicos está asociada a los hombres. Sin embargo siempre ha habido también mujeres retratando con sus cámaras los horrores de la guerra, aunque se las ha relegado a un segundo plano. Empezando por la que fuera novia de Capa, Gerda Taro. Un artículo de The Guardian reflexiona sobre como cada vez hay más mujeres foto-reporteras de guerra y cómo este hecho está cambiando la naturaleza de este trabajo.

Una foto de Susan Meiselas en Nicaragua
(Foto de Susan Meiselas en Nicaragua)

En la prestigiosa agencia Magnum, de 79 fotógrafos internacionales sólo siete son mujeres y sólo Susan Meiselas es famosa por dedicarse cubrir conflictos, especialmente por sus imágenes de la guerra civil de Nicaragua en los años 70. Jillian Edelstein y Jenny Matthews son otras dos fotógrafas con una brillante carrera en este campo. Las tres consideran que por el hecho de su sexo, algunos aspectos del trabajo les resultan más difíciles… pero otros más sencillos.

Se suele asumir que para nosotras es más duro porque no tenemos instinto asesino o la persistencia para aguantar bajo la lluvia cargando una bolsa pesada», explica Matthews. Pero entre las ventajas, ella misma cuenta que en un viaje a Afganistán en 1988 tuvo muchos menos problemas con el servicio secreto local que sus colegas masculinos: «No nos tomaban en serio por ser mujeres y eso ayudó a que pudiéramos movernos y conseguir la historia que queríamos»

Algo parecido le pasó a Susan Meiselas en Nicaragua: «las mujeres somos menos amenazadoras, asi que por ejemplo yo podía entrar en las casas [de los rebeldes sandinistas] si me daban permido y hacer fotos.

Jenny Matthws también explica que a veces ellas piensan en mejores formas de captar la historia. «Miramos detrás de la acción y tenemos prioridades diferentes, como el interés humano. Hace 20 años, rara vez se veían imágenes de mujeres dejadas atrás en las zonas de conflicto. Ahora gracias a las mujeres fotógrafas, ves imágenes de los campos de refugiados continuamente y están tomadas tanto por hombres como por mujeres.»

En cuanto a las particularidades de congeniar su condición femenina con el trabajo, la británica Jillian Edelstein, que ha cubierto los conflictos de Bosnia y Georgia, cuenta que pasó varios años fotografiando la Comisión para la verdad y la reconciliación en Sudáfrica… llevando con ella a su hijo de dos años: «Usaba su carrito para llevar mi bolsa y equipo fotográfico». (Fuente: From the frontline)


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