La prensa extranjera sigue pendiente de los temblores en la costa este de España achacados a la inyección de gas en el depósito del proyecto Castor. Recogen que la alarma de la población al aumentar de intensidad los terremotos. Y destacan que el gobierno ha admitido que la inusual actividad sismica está relacionada con la actividad en la plataforma.

El artículo de The Independent

The Independent dice que la costa española es sacudida por una ola de terremotos ligados a un imenso almacen de gas. La crónica de Alastair Fortehrimgham dice: «Miles de propietarios de casas españolas en un tramo de 200 km de costa mediterránea han sufrido un mes de noches sin dormir tras una ola de seismos menores. Muchas personas, entre ellos el ministro de Industria del país, dicen que una masiva planta de almacenamiento de gas en alta mar podría ser la culpable. Más de 300 terremotos, algunos de ellos tan fuertes como 4,2 en la escala Richter, han afectado a la región del norte de Valencia y el extremo sur de Cataluña, que no son conocidas por tener actividad sísmica.

`Primero la cama empezó a moverse, luego los muebles y luego la casa entera´, contó Piedad Subirats al diario El País. Otro residente, Emilio Valls, dijo que llamó a la Policía local y «estaban tan asustados como yo». Cualquiera que sea su causa, los temblores han despertado recuerdos sombríos del terremoto de Lorca, en el que murieron nueve personas y resultaron heridas 100 en 2011, -especialmente porque algunos científicos vincularon el seismo con la excesiva extracción de aguas subterráneas locales.»

Euronews apunta que resalta que el gobierno español culpa al proyecto gas por los terremotos que han desatado la alarma en la costa oriental. Explica: «Veinte terremotos menores en una noche y unos 300 en las últimas dos semanas a lo largo de la costa este de España han llevado al gobierno a echarle la culpa a un gran proyecto de almacenamiento de gas en alta mar bajo de una antigua plataforma petrolífera.

Las personas que viven frente a la plataforma Castor están empezando a preocuparse. Ecologistas españoles, que han hecho campaña contra el proyecto apoyado por el Banco Europeo de Inversiones desde 2007, dicen que a pesar de sus demandas nunca se hizo un estudio sísmico, y que la planta fue construida cerca de una falla.»

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