La decisión del Banco Central Europeo de adquirir bonos de España e Italia para calmar a los mercados se analiza desde los medios internacionales como un «esparadrapo temporal». Muchos sostienen que para frenar de verdad la crisis en la zona euro es necesario adoptar cambios dolorosos y profundizar en la política economica comun. Y algunos diarios duda de los políticos europeos, a los que acusan de «frivolidad».

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Al Jazeera destaca que se mantiene la incertidumbre porque la solución pasa por una mayor unidad europea

El Wall Street Journal asegura «la compra de bonos del BCE ayuda a los mercados europeos, pero los parquets siguen nerviosos». Y uno de sus analistas destaca que «un enfoque a medias del BCE servirá de poco. Incluso aunque sea una operación de «conmoción y pavor» sólo ganará tiempo. Esto se debe a la inestabilidad real proviene de los temores de que gobiernos de la eurozona impongan las pérdidas en los bonos de países si las deudas son insostenible. Por eso la segunda parte de la solución de la crisis requiere una vasta expansión de los planes de rescate de la zona euro y muy probablemente un movimiento de los países europeos para garantizar bonos de un Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, que los convierta de forma efectiva en un auténtico mercado de bonos de la zona euro».

El Washignton Post habla de «un movimiento para detener el pánico por una crisis de la deuda en aumento en Europa«. Creen que «al intervenir en los mercados de bonos, el banco podría aliviar por lo menos temporalmente parte de la presión sobre España e Italia» Pero avisan que «puede ser sólo una solución a corto plazo. El BCE no puede intervenir de forma indefinida en los mercados de bonos europeos en una escala tan grande. Un programa que dure mucho tiempo podría disparar la inflación y socavar la estabilidad del euro. Por el contrario, la acción del BCE puede ser efectiva para dar tiempo a los líderes europeos para que hagan algo que hasta ahora han dejado de hacer: tomar medidas decisivas para poner fin a la crisis».

El New York Times cree que «la decisión del BCE es la admisión de que los esfuerzos previos de Europa para contener su crisis de deuda se han quedado cortos, y subraya la importancia de apuntalar a España e Italia. Esos dos países son los pilares centrales de la zona euro, a diferencia de los países de la periferia - Portugal, Grecia e Irlanda - que ya han recibido rescates, y su colapso pondría en peligro el euro e intensificar la turbulencia en los mercados mundiales«. Y citan a un economista que cree que «no es una bala de plata«, pero si otro «paso positivo para la cohesión europea. A pesar de sus retrasos y procedimientos retorcidos, los socios europeos desde el comienzo de la crisis siempre se han movido, en última instancia, en la misma dirección: la creación de una cada vez mayor solidaridad financiera entre sus miembros, y rompiendo tabu tras tabu para hacerlo«.

La BBC sostiene: «en Madrid y Milán había motivos para estar alegre. La medida del BCE debe obligar a bajar los costos de endeudamiento para los dos países que habían subido peligrosamente por encima del 6%. ¿Se ha encontrado asi la estabilidad? No, sólo un alivio temporal. Para el BCE, la compra de bonos italianos es esparadrapo. No es una respuesta». Y cree que para Europa se avecina «un dificil dilema»: «la vieja Europa, tan apegada a sus programas de bienestar social, se enfrenta a una década incómoda. Para traer esos cambios inquietantes se requiere credibilidad y muchos líderes como Berlusconi no lo tiene. Al final, Europa se enfrenta a una dura elección: obligar a algunos de los países más débiles a salir de la zona euro o que los países más fuertes asuman la responsabilidad por las deudas del bloque en su conjunto».   

El Daily Telegraph considera que la acción del BCE es una muestra de la «frivolidad de la clase política europea». Sostiene que «los responsables políticos se encuentran en la posición de un conductor apunto de salirse de la carretera que de repente se encuentra que ninguno de sus controles están funcionando: no hay acelerador, los frenos no van y el volante es defectuoso. Experiencia, habilidad y una cantidad prodigiosa de la suerte son necesarios si se quieren evitar accidente grave se quiere evitar. Por desgracia, es dolorosamente evidente que ninguna de estas cualidades están disponibles: los líderes occidentales no tienen su profundidad.

Barack Obama se ve más y más como un presidente de la tradición de Jimmy Carter: bien intencionados pero ineficaces. Y contemplar la fatuidad pura de la declaración emitida por la oficina de Angela Merkel en la noche del viernes: «Los mercados hicieron el drama. Ahora tienen que asegurarse de poner las cosas en orden otra vez. « Esta observación pone de manifiesto en la canciller alemana, una incapacidad básica para entender la naturaleza, y mucho menos comprender la magnitud de la catástrofe a la que se enfrenta Europa. Tal falta de comprensión es totalmente típica de un cierto tipo de líder a lo largo de la historia, en momentos de urgencia internacional grave«.

Forbes asegura: «Excelente, tenemos a las autoridades europeas haciendo algo útil por una vez. Sin embargo, hay algo más que hacer aquí. El BCE puede comprar estos bonos existentes temporalmente: puede hacerlo como parte de la estabilización de las actividades del mercado, como de hecho es. Pero necesitamos una solución a largo plazo para esto, no sólo un esparadrapo de corto plazo. Que la solución a largo plazo es casi seguro que sea, en ausencia de gobierno económico real para Europa, la compra de obligaciones del BCE italiano y español en grandes cantidades y simplemente imprimir dinero para pagarlas. Es la llamada monetización de la deuda. Esto aumentará la inflación, sin duda, pero es la manera de salir de este callejón sin salida«.

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