El diario estadounidense publica un artículo de opinión sobre el 20N en el que destaca que el próximo presidente español tendrá o los 60 años de Rubalcaba o los 56 de Rajoy. Es una señal de que los partidos «no han envejecido bien» y que la democracia española entra en «una madurez que huele a senectud». Y reflexiona sobre como toda esta situación está provocando una «ira popular» que se ha traducido en un movimiento de «los indignados» que rechaza ampliamente el bipartidismo.

Rubalacaba y Rajoy

El artículo del New York Times que firma Jonathan Blitzer empieza recogiendo una cita de de Juan Carlos Onetti «todos los hombres que no son extraordinarios ya se se están desmoronando, una vez que han cumplido 40 años» y apunta «en España, ahora, la clase política está envejeciendo y, como Onetti advirtió, se trata de una madurez que huele a senectud. El 20 de noviembre, el 36 aniversario de la muerte de Francisco Franco, los españoles podrán elegir entre un socialista de 60 años de edad, Alfredo Pérez Rubalcaba, y un conservador de 56 años de edad, Mariano Rajoy.»

«Bajo los estánderes de esta democracia incipiente, sólo tiene 34 años de edad, estos hombres son viejos, y una señal de que sus partidos no han envejecido bien. Desde el final de la dictadura de Franco en 1975, todos los presidentes elegidos habían sido jovenes, en la década de los 40 años cuando asumieron el cargo.» recalcan. Y se detallan los casos de Suarez, sucedido por Gonzalez, Aznar y Zapatero.

Por eso consideran que: «la salida de Zapatero parece marcar el fin de esta línea. En lugar de un rostro fresco para reemplazarlo hay supervivientes incondicionales de la lucha interna partidaria, que se enfrentan a un electorado cada vez más cínico sobre las soluciones políticas a un atolladero económico y social. Se podría llamar una crisis de mediana edad de esta democracia».

Destacan también que «la elección ahora, es entre  políticos que han sido durante mucho tiempo «los Nº2″ de sus partidos -el Sr. Rubalcaba táctico y tecnócrata y el Sr. Rajoy un perdedor en dos ocasiones (2004 y 2008). Ninguno ha tocado el clarín de la renovación juvenil que sono desde el señor González al señor Zapatero.». Aseguran que: «Y este es el giro fatal: cuanto más tiempo pasa un político en esta actividad, más difícil le resulta lavarse las manos del tinte partidista.»

El New York Times recalca que «la ira popularse ha desplazado hacia el sistema bipartidista en sí especialmente por las listas «cerradas» sobre las que los votantes no tienen control. El movimiento de protesta juvenil ha denunciando la falta de respuesta de la clase política con dos lemas: «Los políticos no nos representan» y «. «Lo llaman democracia, pero no lo es». Las encuestas señalan que sólo el 55% de estos «indignados se presentaron a votar en las elecciones municipales (10% menos que la media nacional). De los que lo hicieron, el 15% votó en blanco.»

«Si la famosa transición española trajo las instituciones democráticas, el momento presente puede estar exponiendo los límites de esta promesa. Muchos españoles están todavía orgulloso de la transición como un modelo en el que se logró la madurez cívica. Pero en esta nueva época de debilitamiento de la democracia, una generación más joven está teniendo una pelea con el propio gobierno.» apuntan.

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