Desde que se conoció el rescate de Irlanda, la prensa internacional se ha volcado en analizar, valorar y/o predecir el posible contagio a España. Dentro del aluvión de artículos hay diferentes perspectivas. Los medios más conservadores se esfuerzan en hacer ver la necesidad de acometer más reformas neoliberales para «calmar» a los inversores, mientras otros sostienen que el castigo de los mercados es injustificado. Pero subyace la impresión de que la batalla definitiva se juega en España.

Periodicos extranjeros

The Economist pone el acento en la supervivencia del euro y consideran que «ahora mismo, Zapatero es la clave. Si actúa con rapidez, él podría desempeñar un papel fundamental para evitar el colapso de la moneda única». Curiosamente consideran que «los miedos sobre España son exagerados», pero «cuando los mercados están consumidos por la preocupación nunca es fácil hacerles cambiar de opinión. Si Zapatero quiere que así sea, debe tomar varias medidas «rápidamente». Y detallan las reformas que a su juicio necesita España: desarrollar un plan fiscal a medio plazo «creíble», elevar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años y una reforma laboral menos tímida.

Wall Street Journal señala que no hay que «subestimar el potencial de desastre de España«. En su columna, Alen Mattich apunta primero todos los datos economicos españoles que invitan al optimismo pero luego asegura: ??España es fundamentalmente peligrosa y por eso las primas de riesgo de los bonos a cinco años de España han aumentado de por debajo de cien puntos básicos a comienzos de año a más de trescientos en estos momentos. Recuerden que las primas irlandesas comenzaron 2010 a 150 puntos básicos para saltar a 200 a mediados del verano y hace poco llegaron a 600 mientras el país se tambaleaba al borde de la bancarrota.»

La CNBC sostiene que «los datos importantes de España son buenos y el reciente castigo de los mercados es injustificado«. Un analisis de Jacob Funk Kirkegaard considera que «España, ciertamente se enfrenta a un serio problema económico y del mercado de trabajo en los próximos trimestres, pero no tiene el stock de deuda que Grecia, los quebrados bancos de Irlanda o el displicente gobierno de Portugal. Fundamentalmente, España no forma parte de la periferia de la eurozona?.

El Suddeutsche Zeitung habla de «El dominó en el sur de Europa». Su corresponsal Javier Cáceres explica que «Portugal y España no tienen los mismos problemas que Irlanda, pero aún así van a sufrir«. Sostiene además que «entre Portugal y España también hay grandes diferencias: a diferencia de su vecino, en Portugal no ha estallado una burbuja inmobiliaria; y a diferencia de Portugal, España apenas está endeudada. Lo que tienen en común es otra cosa: aún tienen mucho que ??reformar?? o ??reestructurar??.»

En el Corriere della Sera, un artículo de Elisabetta Rosespina defiende que España es «demasiado grande para quebrar, pero que, sobre todo, todavía posee un número considerable de recursos a su favor: un sistema financiero sólido, encabezado por dos grandes bancos como el BBVA y el Santander. Y la mejor noticia es, por ahora, que una vez refinanciada su deuda de este año, España estará relativamente tranquila hasta la primavera.»

Il Sole 24 Ore habla de los temores que amenazan a España pero asegura que «no todo va mal: las reformas que han llevado competencia a los mercados están desarrollando bien su cometido, los precios se han enfriado y en algunos casos han disminuido; la productividad aumenta, lo mismo que la competitividad, pero los inversores podrían no tener confianza en los resultados. España, lo mismo que Italia, subraya que gran parte de sus títulos de Estado están en manos de bancos y familias, y esto conferiría mayor solidez al país. Así lo esperan todos, en la Eurozona».

Les Echos analiza la situación diciendo que «aunque las autoridades aboguen, algunas veces con razón, por la solidez de su economía, España tiene puntos estructurales débiles que acentúan la desconfianza de los mercados». El artículo de Jessica Berthereau explica que «la deuda pública española es inferior a la media europea. La deuda total de las regiones se acerca sin embargo de los 105.000 millones de euros, dos veces más que hace cinco años. Los municipios también están muy endeudados desde la explosión de la burbuja inmobiliaria en 2008.»

De Telegraaf sostiene que la desconfianza no es solo hacia España, sino también hacia los países más fuertes como Alemania, Holanda y Francia. «La gran prueba para España está aún por llegar. En diciembre debe conseguir 8 mil millones de euros del mercado. Se estima que los bancos españoles, disponen de créditos por un valor de 180 mil millones de créditos que posiblemente no sean devueltos. El fondo según los cálculos de otros bancos sería suficiente para España, que necesitará 300 mil millones de euros en los próximos años?»

El Renmin Ribao chino también comenta la situación pero hace notar que el déficit español ha descendido un 47,3% en los últimos diez meses: «La caída del déficit se debe principalmente a las políticas de aumento de los ingresos fiscales puestas en práctica por el Gobierno español, entre las cuales se incluyen medidas como el aumento de impuestos a las personas con rentas altas, la subida del IVA o la introducción de impuestos especiales.En estos momentos, la confianza de los mercados en la deuda de España ha descendido, afectados por la crisis de deuda irlandesa.»

El Nezavísimaya Gazeta de Rusia cree que ??El euro se asoma al precipicio?. El texto de Olesia Jantsevich destaca que «el agravamiento de las dificultades financieras de España es capaz de asestar un fortísimo golpe a toda la zona euro. Nunca antes había sido tan real la hipótesis de los economistas británicos de que el grupo PIGS hundirá a la economía de toda la UE?.

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