El gobierno ha pedido formalmente el pasado 24 de octubre a la basílica de La Macarena de Sevilla que cumpla la Ley de Memoria Democrática y exhume los restos del general franquista Queipo de Llano. La noticia es destacada y analizada por Emilio Silva, presidente de la ARMH en el programa La Cafetera de Radiocable.com. Enfatiza que esta salida se ha producido gracias a la movilización y la larga lucha de las asociaciones de memoria andaluzas y «no por decisión de la Iglesia». En este sentido señala la paradoja de que en una basílica consagrada estuviera enterrado un «criminal de guerra» y eso no molestara a la jerarquía católica. Añade además que la exhumación de una figura como Queipo de Llano es «muy pedagógica porque permite explicar porque no merecen ningún reconocimiento.

Emilio Silva resalta que la exhumación de Queipo de Llano de la Macarena se debe a una larga pelea del movimiento asociativo por la memoria andaluz con multitud de acciones en los últimos años. Apunta que la tumba del general franquista estaba en un «lugar conflictivo al amparo de la Iglesia Católica, lo cual define las cosas que le incomodan o no incomodan a la jerarquía católica». Y subraya la paradoja de que en una basílica consagrada estuviera enterrado «un criminal de guerra que en sus emisiones radiofónicas animaba a sus soldados a violar a las mujeres de los republicanos para que supieran lo que era un hombre de verdad».

Aunque el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica enfatiza que el hecho de que haya llegado el momento de que los restos de Queipo de Llano salgan de la Macarena hacia donde dispongan sus herederos «ha sido muy representativo y definitorio del papel de la Iglesia en cuestiones de memoria. Porque no son ellos quienes deciden sacarlo, sino que es la consecuencia de una larga lucha». Añade que em cualquier caso aún quedan «otros queipos de llano» que deberían salir de Sevilla y en particular señala la mesa y el micrófono desde donde el general franquista hacía sus alocuciones radiofónicas «tan bestias y que le hubieran hecho merecedor de estar sentado en el Tribunal de la Haya en estos tiempos» que siguen en el Museo del Ejército.

Recuerda en este sentido que Queipo de Llano «orquestó una violencia atroz contra la población que no secundó su golpe de estado» y la ARMH estima que en Andalucía podría haber hasta 45 víctimas civiles de esa época enterradas en fosas comunes. Silva celebra que finalmente vaya a salir de la Macarena, pero apunta que aún quedan muchos fascistas y franquistas enterrados en dependencias del Estado como el general Moscardó que «se sublevó en el Alcázar de Toledo para entregárselo al bando franquista» o el general Sanjurjo que fue trasladado a un cementerio de héroes militares del Ejército en Melilla.

Por ello defiende «Aun queda mucha higiene por limpiar. Pero está bien que ocurra porque son muy pedagógicas y permiten explicar porqué esta gente no merece ningún reconocimiento, sino todo lo contrario».

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[Audio completo a partir de 1:02:50]

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