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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Es muy interesante, por lo que significa, este artículo de Wall Street Journal con Jeff Robinov, el presidente de Warner Bros. Habla sobre la película Superman y otras superproducciones norteamericanas de este estilo.

Así lo cuenta La Opinión de Málaga:

‘Superman’ no funcionó como película tal como pretendíamos», dijo Jeff Robinov, presidente de Warner Bros, al rotativo The Wall Street Journal. «Si ‘Superman’ hubiera funcionado en 2006, tendríamos otra película para esta Navidad o para la de 2009″.

 [..] el espejo al que mira Robinov para propulsar las nuevas aventuras de Superman es, sin duda, «The Dark Knight», la segunda película dirigida por Christopher Nolan sobre el hombre murciélago, cuyo cariz profundo y psicológico ha hechizado al público.

Lo que el aficionado se pregunta ahora es si realmente desean ver un Superman atormentado, aunque material existe para ello, tal y como recordó David Mamet en un ensayo escrito hace 20 años: es huérfano, no conoció a sus verdaderos padres ni el lugar donde nació, ama a mujeres con las que no puede mantener una relación y cualquiera que le rodea se convierte en objetivo de sus enemigos.

«Vamos a intentar hacer unos personajes lo más oscuros que sea posible», manifestó Robinov. «El objetivo a largo plazo del estudio es sacar ventaja del mercado global a través de películas de gran presupuesto que requieren un mayor compromiso».

Desde luego tiene  razón. A la última versión de Superman le pasó lo mismo que a gran parte del cine de Hollywood: que se está volviendo simple. Ahora al leer las palabras de Robinov se puede recuperar la esperanza porque parece que pretenden dotar a los personajes de una mayor profundidad. En los últimos diez años muchas películas norteamericanas han despreciado el guión frente a la estética y los efectos. La última entrega de Batman no. Es ficción, puro entretenimiento sí, pero también es algo más. Y el público como observa Robinov, lo valora. De nuevo a él parece darle lo mismo: si el público lo demanda se lo damos y si no, más cine infantil. Inquietante, pero tan ilustrativo.

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