La revista de EEUU repasa en un artículo de su corresponsal Lisa Abend la crisis de la Familia Real y de la democracia en general España. Destaca que los últimos acontecimientos dejan claro que los españoles quieren una renovación Y señala que «una de las pocas figuras en España que tiene tanto prestigio como popularidad para hacer efectivo un cambio» es el Príncipe Felipe.

El Príncipe Felpie
(Foto: Flickr/Presidencia de la Republica de Ecuador)

Time asegura: «Irónicamente, una de las pocas figuras en España que tiene tanto prestigio como popularidad para hacer efectivo un cambio y se mantiene -por lo menos hasta ahora- no contaminado por la corrupción es de hecho de la realeza. Educado en la Universidad de Georgetown, en Washington, el Príncipe Felipe, de 45 años es el siguiente en la línea de sucesión al trono, y junto con su madre, la reina Sofía, es el único miembro de la realeza que no ha visto su nivel de aprobación desplomarse.»

Añaden: «Siempre que no resulte implicado en el caso Nóos (algunos documentos incluyen su nombre en el consejo del Instituto), con la voluntad de abrir el palacio a la opinión pública -y haciendo un llamamiento a los partidos políticos para que hicieran lo mismo – podría poner en marcha una amplia renovación política. `No ha pasado ninguna prueba y no ha dado señales de cuál es su posición sobre estos temas´, dice el historiador Julian Casanova. `Pero tiene la credibilidad. Es la única cosa que podría cambiar el destino de la monarquía, y tal vez cambiar las cosas en general´.»

El texto apunta: «No hay duda de que los españoles quieren un cambio. El 23 de febrero -una fecha elegida por su importancia histórica- cientos de miles de ellos se lanzaron a las calles en manifestaciones por todo el país. Las protestas habían sido originalmente anunciadas como anti-austeridad, pero había un montón de banderas republicanas en la pantalla, un montón de carteles que equiparaban «Mis recortes» con «Tus Sobres» (una referencia a Bárcenas) y un montón de gritos a Rajoy para que «imite el Papa!» En conjunto, estaban dando señales de que una segunda crisis en la democracia española está en marcha. Pero esta vez, al menos hasta ahora, no ha aparecido nadie para liderar la salida.»

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