La pretigiosa revista estadounidense destaca en un reportaje la controversia desatata en Galicia y Asturias ante la posibilidad de abrir nuevas minas de extracción de oro. Time explica que la crisis y el desempleo en la zona han hecho que muchos vecinos miren ahora favorablemente las ofertas de compañías mineras para explotar sus yacimientos. Pero aseguran que muchos creen que el riesgo supera a los beneficios.

Una pepita de oro
(Foto: Flickr/Sitmon)

El texto es de Lisa Abend y recoge: «Hay una fiebre del oro en marcha en el noroeste de España, y Tapia de Casariego es uno de los lugares tratando de averiguar qué hacer con ella. Con el precio del oro por las nubes, los depósitos que han permanecido intactos durante décadas, incluso siglos, de repente se han vuelto muy atractivos para las empresas mineras internacionales. Y con la economía española en una profunda crisis, los puestos de trabajo que esas empresas prometen – incluso si no son permanentes – se vuelven irresistibles».

«Pero a medida que la controversia divide la ciudad de Tapia sugiere, no todos están convencidos de que los beneficios merezcan el riesgo. Las dificultades técnicas para llegar al mineral, junto con las estrictas normas medioambientales de la Unión Europea, habían disuadido hasta ahora slas compañías mineras de extracción de metales preciosos. Pero todo eso cambió hace unos dos años, cuando tres empresas canadienses diferentes comenzaron a comprar los derechos de prospección», explican.

«El mayor obstáculo fue siempre el precio del oro», dice George Salamina, director general de Edgewater Exploration, empresa con sede en Vancouver, que adquirió los derechos de tres concesiones de cerca de 2.000 acres (810 hectáreas) en Corcoesto, Galicia, en 2010. «Cuando el oro estaba en 400 dólares la onza, no era económicamente viable ir allí. Pero ahora está en 1.600 dólares la onza.» Y cuando su compañía descubrió que los depósitos eran mucho mayores de lo esperado -ahora predicen que puede haber 1,5 millones de onzas – su entusiasmo no ha hecho más que aumentar»

«Y el interés no va en una sola dirección. De acuerdo a Salamina, la crisis también ha hecho al gobierno español más receptivo a la minería. «Durante los tiempos de bonanza, no había mucho interés, porque no tenían otras opciones económicas. Pero ahora, España y Europa en general, estan viendo que una manera de salir de sus problemas económicos es desarrollando sus recursos minerales.»

Time explica que la empresa que quiere abrir la mina en Tapia de Casariego asegura que se crearían 850 puestos de trabajo durante la construcción y otros 500 durante la vida de la mina. «Pero no todo el mundo está entusiasmado. Por un lado, los puestos de trabajo no son sostenibles, dice el alcalde de Tapia Manuel Jesús González, quien fue elegido en mayo por una plataforma que incluía la oposición a la mina. «Ellos no producien nada, solo extraen algo. ¿Qué sucederá cuando la mina se agote y la empresa coja su dinero y se vuelva a casa?» , se pregunta».

La revista también destaca sus palabras «yo entiendo que aquí la gente necesita trabajo, pero esta es una solución a corto plazo. Mi trabajo es analizar el impacto a largo plazo». Tanto a González como a grupos locales de Tapia les preocupa también que la mina ocasione daños a los dos sectores – la ganadería lechera y el turismo – de los que depende el pueblo ahora… Y el tema de la mina parece estar dividiendo al pueblo.

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