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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El periódico El Universal de Venezuela publica un texto de Julio César Pineda titulado: ??España, Venezuela y el terrorismo FARC-ETA?. El autor sostiene que Venezuela está en deuda jurídica y política por no haber convertido en leyes nacionales los tratados y convenios internacionales en materia de terrorismo y por dar muestras equívocas como en los casos de la guerrilla colombiana y la ETA.

??El más grave incidente en la relación diplomática de España con Venezuela ha surgido por causa del terrorismo internacional, cuando la Audiencia Nacional española ha dado a conocer indicios a la prensa mundial de la cooperación del gobierno del presidente Chávez con las organizaciones terroristas ETA y FARC?.

??El Gobierno español a través de su presidente Rodríguez Zapatero exigió al Presidente venezolano que explique la denuncia que lo vincula con ETA y las FARC e instruyó a su canciller, Miguel Ángel Moratinos, a proceder. […]el presidente Chávez negó las acusaciones y las calificó de ??rezagos de un pasado colonial??. […]

??En el caso de la ETA y las FARC ambas organizaciones están catalogadas tanto en el ámbito europeo como americano de terroristas. Sus acciones han causado numerosas víctimas las cuales han sufrido la privación del más importante derecho humano: el derecho a la vida. Venezuela está en deuda jurídica y política por no haber convertido en leyes nacionales los tratados y convenios internacionales en materia de terrorismo y por dar muestras equívocas como en los casos de la guerrilla colombiana y la ETA?

El Presidente de Venezuela tiene que hacer un ejercicio de transparencia formidable con este asunto: llegando donde tenga que llegar.  Debería ser consciente de que Zapatero está pagando un enorme coste político interno por mantener unas relaciones fluidas con Venezuela. Si el esfuerzo no es recíproco, poco podrá hacer el Presidente español frente a una opinión pública cada vez más convencida de que con los líderes histriónicos es mejor no relacionarse.

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