La prensa extranjera sigue pendiente de la disputa por el sobrecoste de las obras entre Panamá y el consorcio liderado por la constructora española que podría paralizar el megaproyecto de ampliación del canal. Además de las implicaciones de la polémica para Sacyr, varios medios señalan que la imagen de España también se está viendo afectada. WSJ habla de «bochorno» para el gobierno y otros medios recogen las dudas sembradas sobre la adjudicación en los cables diplomáticos que filtró Wikileaks.

Wall Street señala que la disputa es un bochorno para el gobierno español. La crónica de David Roman señala: «Sacyr pide al gobierno de Panamá que le pague otros 1.600 millones por el sobrecoste. El presidente Martinelli ha dicho que los gobierno de España e Italia son «responsables del proyecto». La disputa es una vergüenza para el gobierno de España, que ha apoyado los esfuerzos de las empresas constructoras españolas para obtener contratos en el extranjero desde el colapso. Autoridades españolas han estado visitando el proyecto en Panamá -siendo la visita más reciente en septiembre-, colmando de elogios a Sacyr.»

Financial Times recuerda que el contrato de Sacyr se aclamó en 2009 como un hito de la internalización de constructoras españolas y menciona el cable de Wikileaks. El artículo  de Miles Johnson desde Madrid y Jude Webber desde Mexico explica: «El contrato de Sacyr fue aclamado como un acuerdo histórico para la internacionalización del atribulado sector de la construcción español, al firmarse en 2009 en medio del colapso de la burbuja inmobiliaria. Las acciones de Sacyr cayeron casi un 9% el jueves, al temer los inversores la posible pérdida de un contrato que proporciona a la empresa el 14% de sus ingresos.»

El intento de GUC de pedir más dinero ha reavivado una polémica en España sobre el contenido de los cables diplomáticos de Estados Unidos filtrados sobre el contrato original. Incluyeron referencias de la opinión del grupo rival de construcción, la estadounidense Bechtel, que aseguró que la oferta de Sacyr era tan baja que era imposible ganar dinero con el proyecto, y que sospechaba que la empresa española intentaría renegociar al alza en una fecha posterior.»

Washington Post apunta que Panamá cree que España e Italia tienen una responsabilidad moral sobre el proyecto. Recoge: «El presidente de Panamá, dijo el jueves que iría a España e Italia para presionar a las empresas y que cumplan los contratos para ampliar el canal. Martinelli dijo que Italia y España `tienen una responsabilidad moral ´para ayudar a resolver la disputa entre las empresas y Panamá. `No es posible que una empresa que acaba de anunciar una gran cantidad de exceso de costos, cuando ya habían fijado un precio´, dijo Martinelli.»

The Guardian recoge opiniones que hablan de «terrible noticia» para la imagen de España fuera. Explica: «Sacyr ganó la licitación del canal en 2009 con una oferta de 3.120 millones, considerablemente más baja que sus rivales, e incluso por debajo de la estimación del PCA de 3.480 millones. El columnista político Pepe Oneto, dice que la noticia es terrible para el intento de España de reconstruir su imagen en el exterior. `El gobierno español … sabía que era imposible que el presupuesto se cumpliera´, dijo.»

New York Times señala que el contrato del canal se vio como un salvavidas para Sacyr que ahora queda en peligro. Advierte: «El jueves, las acciones de Sacyr se desplomaron casi un 9%, al temer los inversores que la disputa pueda poner en peligro un proyecto clave para la empresa española. España ha estado a la vanguardia de la crisis de deuda del euro, y Sacyr fue una de los constructoras gravemente herida al estallar la burbuja en 2008. En momentos en que los grandes proyectos de infraestructura prácticamente se han agotado en España, la adjudicación del proyecto de Panamá en 2009 fue vista como un salvavidas para Sacyr.»

Bloomberg menciona las dudas sobre Sacyr y la ampliación, en los cables diplomáticos. Dice: «El Vicepresidente Panamá, Juan Carlos Varela fue citado en un cable difundido por Wikileaks y publicado por El País diciendo que el proyecto de ampliación era un `desastre´ y en dos o tres años `será obvio que todo es un fracaso´. Hizo los comentarios sobre el contrato de Sacyr en un almuerzo con la embajadora de EE.UU. Barbara Stephenson. El gobierno español, que no ha comentado la amenaza de Sacyr, ha apoyado los esfuerzos de las empresas en busca de nuevos mercados.»

Reuters asegura que el presidente panameño recuerda que los líderes de España e Italia le prometieron apoyar el proyecto. Apunta: «El presidente panameño, Ricardo Martinelli acusó a las empresas de `gran irresponsabilidad´ y dijo que espera que Italia y España cumplan el compromiso de respaldar el proyecto que los líderes de estos países le hicieron durante su primer año de mandato. `Así que voy a ir a España e Italia a exigíselo, porque una empresa no debería poder poner una cantidad tan grande de sobrecoste en un proyecto que pertenece a la humanidad´, aseguró».

Bangkok Post señala que Martinelli presionará a España e Italia. Recoge: «El presidente de Panamá advirtió que visitará Europa para obligar al consorcio a que desista de la amenaza de suspender las obras de ampliación del Canal de Panamá, al recrudecerse una disputa por sobre coste de 1.600 millones.»

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