Se llama Ruben Costa, tiene 34 años y su proyecto BioLED puede proporcionar un nuevo tipo de bombilla más eficiente, segura y ecológica en el que la luz se genera gracias a proteínas bioluminiscentes como las de las medusas. Actualmente desarrolla sus investigaciones en el IMDEA madrileño y ya ha conseguido tantos avances en este campo que acaba de ser elegido Young Scientist new Champions 2018 como uno de los 36 mejores científicos jóvenes del mundo y antes la revista del MIT (Massachusetts Institute of Technology) le incluyó entre los innovadores menores de 35 años más importantes de Europa.

(Foto: Flickr/Worldeconomicforum)

Las medusas y algunas bacterias son capaces de producir luminiscencia de forma natural y de hace décadas científicos de todo el planeta intentan desarrollar dispositivos de iluminación basados en ellas. Pero hasta ahora no había sido posible porque las bacterias necesitan un medio acuoso para subsistir, y no se podían estabilizarlas para otro tipo de condiciones. Pero el valenciano, Rubén Costa y su equipo han sido capaces de estabilizar proteínas fabricadas a partir de la bacteria E.coli fuera de un medio acuoso. Y con ellas están desarrollando BioLED, un sistema de iluminación similar a los LED comerciales actuales, pero de bajo coste, ecológico y saludable.

En la actualidad los LED funcionan con fósforo inorgánico anaranjado (Inorganic Phosphor o IP por sus siglas en inglés) que forman parte de las llamadas tierras raras y que suponen el 20/30% del precio. Este componente es bastante escaso y se encuentra localizado en puntos muy concretos del planeta por lo que su extracción es costosa, está monopolizada por un grupo pequeño de países y además genera un impacto medioambiental muy alto. Pero el proyecto BioLED propone reemplazar este fosforo con las proteínas bioluminiscentes que se pueden producir fácilmente en laboratorio y que reduciría significativamente el precio.

Rubén Costa explica en el MIT Technology Review: «Lo que hemos hecho es coger esas proteínas y estabilizarlas mediante la combinación de dos polímeros en un material nuevo en forma de goma que sustituye al fósforo inorgánico y nos permite emitir una luz más pura y cercana a la del Sol». El material pronto podría  aplicarse a pantallas de ordenadores, televisores y móviles, así como a las bombillas de cualquier hogar y oficina.

Y ahora según destaca ElMundo.es, gracias a una beca Leonardo de la Fundación BBVA, el proyecto español desarrollará un prototipo de la primera ventana solar fabricada con materiales orgánicos. Estará formada por dos vidrios, entre los que se encuentra la proteína estabilizada con polímeros, que se excitará con el sol y cuya luz se redirigirá a los marcos de la ventana, donde habrá células solares que transformen  la luz en energía eléctrica.

 

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