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Iñaki Gabilondo en Noticias Cuatro: «El dramatismo de cuanto ocurre en Gaza ha desplazado los temas políticos nacionales. Bien es verdad que, en muchos casos, los hubiera podido desplazar su propia banalidad, su extravagancia. ¿En que epígrafe hay que situar el juicio de Ibarretxe y Patxi López?. Mañana habrán de sentarse en el banquillo acusados de algo tan absurdo como haber hablado con Batasuna. Que es lo que estábamos haciendo todos los medios de comunicación día si, día no, en ruedas de prensa públicas y en entrevistas publicadas. ¿Puede alguien tomarse en serio semejante ridiculez?. Pues no. Y sin embargo puede jugar un papel en la campaña electoral de las autonómicas vascas. La justicia española no puede aspirar al respeto ciudadano mientras camine de espaldas a la lógica, agarradita de la mano a literalidades legales que no se tienen de pie. Si no existe el espíritu de las leyes, si todo consiste en fijarse hipnóticamente en la letra, ¿no sería más sencillo y barato encargar la administración de justicia a unos ordenadores de última generación?. Otro fenómeno paranormal es el relativo al nombramiento de Mayor Oreja como líder del PP para los europeas. No porque Rajoy lo haya elegido, que eso se entiende dado el carácter pusilánime del líder popular, sino porque Mayor lo haya aceptado. ¿No lleva meses lagrimeando reproches al centrismo pactista y mantequilloso de Rajoy?. ¿No decía estar en cuerpo y alma con María San Gil, unida casi hipostáticamente con ella en valores y principios ahora traicionados por Rajoy?. ¿Va a ser Jaime Mayor el adalid europeo de esa traición?. En fin, un ovni político, sin precedentes en el mundo. La bandera del sector crítico de un partido encabezando la lista electoral de ese mismo partido. ¿Cómo se sabrá que política se vota?. Difícil de entender la decisión de Mayor Oreja, a no ser que se deba a su adicción a la derrota, sin la cual, por lo que se ve, no puede vivir.»

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