La intención de Esperanza Aguirre de recortar en 2.000 el número de liberados sindicales en la Comunidad de Madrid ha provocado bastante revuelo y debate en la blogosfera. Muchos hablan de un ataque a los únicos que defienden el Estado de Bienestar y otros de un colectivo impopular. Alberto Sotillos del blog Entre líneas comenta en radiocable.com que el problema es que Aguirre cree que todo el sector público es «improductivo» y los sindicatos son «inútiles» porque los desconoce.

Alberto Sotillos

Para Alberto Sotillos el ataque desde la CAM es muy claro: «dicen que el único problema para que la economía vuelva a crecer son todas la políticas sociales que son un gasto innecesario y que lo que hay que hacer es fomentar el desarrollo privado de todo». Por eso considera que la medida contra los liberados va directamente a la fuente de financiación y trabajo de los sindicatos «los únicos que hacen frente a esta política» y una vez eliminados estos «tienen las manos libres para hacer lo que quieran».

El blogger también responde a quienes tachan de vagos a los liberados: «es que Esperanza Aguirre considera también que los sindicatos son vagos y todos los trabajadores públicos son vagos» y no comprende a los sindicatos, ni su función. «los tacha de inútiles, pero es una valoración subjetiva».  Y denuncia que para recortar gastos sería más útil atacar la red de «2.500 cargos de confianza en la CAM nombrados politicamente y que tienen una media de sueldo de 6.000 euros».

En la red otros bloggers tratan el tema de la polémica con los liberados sindicales en Madrid.

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Isaac Rosa en su blog Trabajar cansa defiende lo que hay detrás de la medida: «Sin representantes de los trabajadores que organicen la protesta, Aguirre podría meter tijera a placer, privatizar con menos resistencias y recortar sueldos sin que los de Metro le aguanten el pulso.»

Ignacio Escolar explica que «el Gobierno de Esperanza Aguirre fue quien acordó con los sindicatos el número de horas para los liberados que ahora quiere incumplir. El pacto actual duplica el mínimo legal, aunque entonces nadie protestó. […] no es admisible que en el Gobierno de Madrid se escandalicen ante los mismos acuerdos que ellos cerraron.»

Alfonso Roldán desde el blog La vida desde el lago advierte que «acabar con los llamados liberados sindicales es atacar la estructura ejecutiva de los sindicatos y, hoy, por hoy, los grandes sindicatos son las únicas instituciones que pelean por defender el Estado del Bienestar«.

Juan Carlos Escudier advierte que «con los liberados sindicales ocurre un poco como con los gitanos rumanos de Sarkozy. Aguirre les persigue porque intuye que no caen simpáticos a muchos trabajadores, en los que ha calado la idea de que son unos vagos que sólo defienden su estatus. Los defendidos se revuelven contra sus defensores.»

Felix Soria denuncia en Im-pulso que los datos son mentira: «No sólo es falsa la cifra de liberados por cuenta de la CAM que ella maneja y otros propalan, ¡dos mil!, sino que, en realidad, el PP madrileño trata de ocultar que el Gobierno autonómico proyecta despedir a cientos de interinos.»

Rafael Fabregat defiende en su blog Cabanes que hay demasiados liberados sindicales:  «Algunos se preguntan si los «liberados» son necesarios… Rotundamente sí, pero, ¡como en tantas cosas de la vida, el problema está en la cantidad! Bueno es un vaso de vino, pero no dos botellas.»

Pedro Rojo en el blog Cristiano y socialista defiende a los liberados: «seguramente tendrá razón doña Esperanza Aguirre y existan liberados sindicales que se ajusten a ese patrón: no es ese el caso que yo he conocido. Bien al contrario es el esfuerzo invertido en la acción sindical el que desanima a muchos de los compañeros y compañeras que en algún momento han colaborado con estas organizaciones.»

Chema Tante considera que «los sindicatos deberían también reflexionar sobre la prácticamente nula reacción de la gente ante tamaño atropello. Porque ocurre que los trabajadores y trabajadoras no terminan de verle la necesidad a la existencia de liberados.»

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