Un día después de conocerse la operación militar estadounidense que ha acabado con el lider de Al Qaeda, la red en España se divide entre los que celebran la noticias y quienes critican el fondo de la acción. Algunos hablan de una gran victoria de Obama, pero otros consideran que la muerte de Bin Laden ha sido una ejecución extrajudicial, que significa la perdida de la inocencia del presidente estadounidense y un acto que puede ser calificado de terrorismo de Estado.

Osama Bin Laden

Ignacio Escolar: «Un demócrata trasnochado«. Defiende que «debo de ser un demócrata trasnochado, pero prefiero los juicios a los asesinatos de Estado. Debo de ser un blando, pero no creo en la pena de muerte ni mucho menos en las ejecuciones extrajudiciales. Debo de ser un aguafiestas inoportuno, por afirmar que la venganza no es Justicia; por recordar que hasta los nazis tuvieron un juicio en Núremberg que hoy negamos a los terroristas de Al Qaeda.

Lluis Bassets en De alfiler a Elefante: «Vencedor de una guerra ajena«. Apunta que «Obama siguió creyendo como Bush que su país estaba en guerra con el terrorismo, solo que una guerra que requería reglas, plazos y objetivos. Por eso dio la orden de retirarse de Irak, quiere hacerlo de Afganistán y centró sus esfuerzos en Pakistán. Había que ganarla. Nunca excluyó liquidar al general enemigo. Así ha sido y así ha ganado. No era exactamente la guerra de Obama, pero suya es la victoria».

Iñigo Saenz de Ugarte en Guerra Eterna: «Bin Laden ha muerto» Asegura que «una operación militar no es un acto de justicia. Es un acto de guerra. Osama bin Laden declaró la guerra a EEUU y siempre dejó claro que estaba dispuesto a morir. Lo que es realmente lamentable no es que Bin Laden haya encontrado el destino que buscaba sino que miles de personas hayan muerto a causa de sus ideas criminales. Comparado con eso, la muerte o ejecución de Bin Laden es sólo una nota moral a pie de página».

Jordi Perez Colomé en Obama´s World: «Osama Bin Laden y el fin de una época«. Explica que «Obama no quiso un bombardeo, sino el cuerpo, la confirmación de que era él quien estaba en esa mansión. Por eso es raro que ahora lo escondan. El mérito del presidente no ha sido solo la orden, también cumplir sus promesas. En la campaña dijo que en Irak, el país se había distraído de su objetivo principal: acabar con Al Qaeda. Ha demostrado que tenía razón».

Jesus Maraña en Buzon de voz: «Triste euforia«. Defiende que «Las imágenes de euforia en Estados Unidos por la muerte de Bin Laden responden a la lógica de un sentimiento colectivo de venganza acumulado desde la barbarie del 11-S. Algunas de ellas eran estampas no muy diferentes a las que muestran a grupos fanáticos islamistas festejando un atentado. La fortaleza de la democracia no consiste en celebrar tiroteos nocturnos».

Melchor Miralles «Yes we can… kill«. Asegura que «siempre he creído que la democracia encarna unos valores que se sustentan por encima de todo en el respeto a la vida, los derechos humanos y el imperio de la ley. Por ello, considero que la muerte de Bin Laden no es un acto de justicia, sino de venganza, no es una buena noticia, porque se ha producido en circunstancias indeseadas y previsiblemente va a tener consecuencias gravísimas para la comunidad internacional.»

Hugo Martínez Abarca en Quien mucho abarca: «Los derechos humanos son para los hijos de puta«. Destaca que «Hasta ahora Barack Obama no ha dado ni un argumento para defender que no había otra posibilidad. A falta de que nos den un sólo argumento en contra, más bien parece una ejecución extrajudicial de lo más ordinaria: como las que hace el gobierno israelí, como las que hicieron los GAL,?Hasta ahora no ha dado ni una razón para que pensemos que los derechos humanos le importan ni un poquito más que a su antecesor».

Anna Grau en La gata sobre el tejado: «Algo huele raro en Abbottabad«. Duda de la versiónn oficial: «¿Es creíble esta metamorfosis fulminante de un hatajo de incompetentes en el dream team de la inteligencia mundial? ¿Y no serán las cosas mucho más sencillas, y a Bin Laden lo han encontrado gracias a un puro y duro chivatazo? ¿A alguien de dentro que le vendió?¿Y si alguien en Egipto, en Túnez, en Libia, en Yemen, en Jordania o donde sea ha querido matar dos pájaros de un tiro haciendo un trato con Estados Unidos?»

Roger Senserrich en Materias grises: «Léele sus derechos, Fernandez«. Cree que «Se puede hablar de estado de derecho todo lo que uno quiera, pero cuando un sospechoso resiste ser arrestado a cañonazos, todas las policias del mundo responden en especie, sin ir a buscar el juez para preguntarle si pueden hacerles daño. Si alguien se esperaba que un tipo como Bin Laden se entregara sin lucha, sóis unos ilusos. Y si alguien esperaba que iba a sobrevivir a ello, aún más».

Carlos Carnicero: «Nuestra seguridad y los beneficios de la muerte de Obama«. Afirma que «Barack Obama ha perdido su inocencia. El premio Nobel de la Paz ha ingresado en el panteón de los presidentes USA que se han tomado la justicia por su mano. ¿Aumenta nuestra seguridad el presunto asesinato de Osama Bin Laden? Produce ??ternura? la explicación que se ha dado de la decisión de arrojar el cadáver del líder de Al Qaeda cumpliendo preceptos islámicos. Sin autopsia, sin imágenes, todo es sórdido y recuerda terrorismo de estado de los norteamericanos desde que son un imperio».

Javier Perez de Albeniz en El Descodificador: «Yes we kill«. Subraya que » El presidente Obama, flamante Premio Nobel de la Paz, ha presumido ante las cámaras de televisión de haber autorizado y dirigido la operación.??Se ha hecho justicia?, ha dicho. ??El mundo es hoy más seguro?, insiste la UE. Quizá solo sea un mundo diferente: ha muerto un terrorista, ha nacido un martir. En un mundo quizá no más seguro, pero sin duda mejor, un tribunal hubiera juzgado a Bin Laden  por su crímenes».

Monica García Prieto en El faro de Oriente: «El final de un mito, el principio de otro«. Destaca que «le mataron de un disparo en la cabeza tras combatir con un servicio de seguridad que aparentemente logró abatir una de las naves norteamericanas, lo que lleva a pensar en una dura batalla y en que las órdenes consistían más en una ejecución que un intento de detención. O quizás en no perder el tiempo intentando un arresto si el sujeto ofrecía resistencia».

Hector Juanatey en Malo será: «Un nuevo fracaso humano«. Asegura que «Las palabras de Obama, por mucho júbilo que desataran, no son sino una muestra de un nuevo fracaso humano. Esconder la necesidad de violencia en discursos en apariencia pacíficos no deja de ser una derrota, por muy bueno que sea su orador… Es curioso lo diferente que puede ser la concepción de justicia. Para unos es venganza. Para otros -me incluyo- la justicia es diferente: juicio justo, defensa y condena -nunca a muerte-. No entiendo las ejecuciones extrajudiciales como justas».

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