No suelo ir a tomar el aperitivo. Los bares me los tenían prohibidos mis hijas, mucho humo. Ahora quizás sí pueda ir.La salida al café de la mañana, en cambio, no solamente no la voy a suprimir, si no que no fallaré. Solamente me podré fumar un cigarro si bajo a la calle. Ahora sí, invertiré menos tiempo, porque es tomarte el café y tener que salir de la cafetería a fumarme otro cigarro.Unos van, otros vienen. Es ley de vida. Y si es para bien, pues mejor.

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