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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

El acceso inmediato a los estrenos, desde casa, -gracias a Internet-, los nuevos televisores -cada día de mayor calidad y tamaño-, y la crisis de los derechos de autor -por la piratería y el libre intercambio- hacen que la industria se esté replanteando el concepto de sala de cine como la conocemos.

La gente jóven, además, demanda una experiencia  audiovisual completamente diferente. Los gráficos de los videojuegos son cada vez más espectaculares y se acercan más al cine de lo que lo han hecho nunca. Cada vez está más cerca el día en el que un espectador pueda convertirse en el protagonista de la historia.

A día de hoy, el espectador de películas vive una experiencia individual, no colectiva, ¿por qué vivirla en grupo? El cine tenía sentido en la medida que ofrecía películas de estreno, con una calidad irreproducible en una casa. Pero, si todo esto se ha sido cuestionado ¿que futuro tienen las salas?

Leo una noticia, titulada «llegan los cine-games», publicada por ADN, en la que se describe esta convergencia:

«En 2006 116 salas de cine cerraron sus puertas, por lo que muchos locales se reinventan. Así han llegado los cine-games, con partidas de 50 jugadores a la vez, efectos de humo, hasta vibración en los asientos y proyecciones en tres dimensiones. Eso sí, esta nueva iniciativa le sale dos euros más cara al espectador, aunque muchos aseguran que merece la pena.»

No es un asunto menor pues se trata de algo más que una revolución industrial. El asunto tiene que ver con la forma en la que los seres humanos, la gente jóven decide compartir el ocio y convertirse en protagonistas individuales de un entretenimiento colectivo. Sólo queda por saber si en esa sala disfrutarían además las personas que sólo deseen participar como meros espectadores…

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