El país vive desde hace tiempo al borde de una guerra civil y para algunos observadores, los medios de comunicación están actuando como brazos armados de los partidos y siendo la auténtica mecha del conflicto. Según reportaje de El Mundo, en el Libano «hay medios, pero no hay periodismo. Todos los medios pertenecen a una parte en conflicto» y las manipulaciones son constantes. Tanto que el Ejercito emitió recientemente un comunicado pidiendo los ciudadanos que no se fiaran de la prensa.

Una portada del periódico libanes Daily Star
(Foto: Flickr/LisaG in Tel Aviv)

El principal problema es que la mayor parte de los medios son propiedad de líderes políticos, que son tambien hombres de negocios. Por ello suelen intervenir en los contenidos para adaptar la realidad a su punto de vista, cuando no para provocar. Y en un país donde cualquier acontecimiento es susceptible de ser usado para exacerbar el odio sectario, la actitud de la prensa está en entredicho.

Existe una ONG Maharat que trabaja en el Libano para promover un periodismo independiente que contribuya a la sociedad en lugar de perjudicarla y su responsable, la reportera Roula Mikhael, culpa directamente a los medios de comunicación de buena parte de la responsabilidad en la confrontación civil: «La manipulación está presente desde la primera página de los periódicos hasta la última. En televisión, los informativos hacen una introducción donde se manipulan los hechos previamente a las noticias, que también están manipuladas».

Lo que para unos es violencia sectaria, para otros es una reyerta vecinal, una misma explosión es tachada de ataque «terrorista» por unos o de accidente con una antigua mina terrestre por los otros, un secuestro es visto desde la otra orilla como una simple desaparición… Opinión e información no se separan, y asi muchos expertos consideran a la prensa, la milicia secreta de las facciones políticas.

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