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Fernando Berlín, el autor de este blog, es director de radiocable.com y participa en diversos medios de comunicación españoles.¿Quien soy?english edition.

Arianna Huffington la Presidenta de ‘The Huffington Post’ fue entrevistada el pasado domingo en EL PAIS, donde abordó temas sobre periodismo y actualidad. La entrevista es muy recomendable, especialmente en tres momentos.
En uno de ellos, cuando se refiere al 15-M y en especial al papel de los medios de comunicación:

«Gente que está siendo excluida se ha unido para expresar su frustración y atraer la atención de un problema urgente. Es muy interesante el papel de las redes sociales y cómo han trasladado esa conexión de Internet a la calle, mientras que algunos medios en todo el mundo, en Estados Unidos también, se centraban en lo anecdótico, en los grupos anarquistas o en la mujer en top-less. Pero en cuanto te ibas a los lugares, como yo hice este verano en la plaza de Sintagma en Atenas, te encontrabas algo muy diferente».

En otro de ellos, cuando habla de Obama y explica que «infravaloró la crisis y su administración tardó mucho en abordar el alto nivel de paro», algo de lo que, por cierto, se ha acusado a todos los líderes en sus propios paises, incluido Zapatero:

«Obama infravaloró la crisis y su administración tardó mucho en abordar el alto nivel de paro. Los candidatos republicanos, por otra parte, han permitido que los peores instintos de la gente salgan a relucir. Otra de las cosas que hizo mal es pretender que las cosas cambien con los mismos que estaban antes. Y eso ocurrió, recuperó a algunos de épocas anteriores. Se convirtió en cautivo de un sistema roto. Al final ha resultado que no era tanto un hombre del cambio. (…)»

Y el tercero que me ha llamado la atención es cuando Arianna Huffington se refiere a ala salud del periodismo moderno:

«el nuevo periodismo va a tener un impacto más saludable en nuestra democracia. Por dos razones: una, si mira a los medios generalistas en Estados Unidos, y no sé cómo será en España, en las dos grandes historias de nuestro tiempo fallaron. La primera fue la ausencia de armas de destrucción masiva, algo por lo que se ha pagado un precio muy alto en el peor desastre de la política exterior estadounidense, la invasión de Irak. La mayoría, incluido The New York Times, se convirtió en cheerleaders (animadoras) de la Administración. Los periodistas no estuvieron a la altura y los medios facilitaron que se produjera la invasión. Pienso que si volviéramos hacia atrás, a 2002, con la blogosfera y los nuevos medios en el punto de madurez actual, tendríamos la oportunidad de romper el monopolio de voces y cambiar el consenso público. Es difícil de saber, pero al menos habría existido esa oportunidad. Y la segunda historia es la crisis financiera. También hubo muchos cheerleaders que taparon a los verdaderos responsables del colapso. El otro gran problema es el acceso de los periodistas a los políticos, un proceso en el que básicamente se han ganado su complicidad. Incluso le pasó a Bob Woodward con sus dos primeros libros sobre la Administración de Bush. Tuvo que escribir un tercer libro para rectificar los dos primeros.»

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