El corresponsal en España de Radio Nederland analiza en radiocable.com la politización de la judicatura en España. Robbert Bosschart considera que el problema nace de la transición que no se atrevió a «meter mano a la justicia». Esto ha provocado que los jueces estén «claramente de parte de un partido u otro». Y avisa que visto desde el extranjero, la causa abierta contra Garzón es un «esperpento» y el Supremo está «dejando en muy mal lugar a España«.

Robbert Bosschart

Robbert Bosschart cree que con la llegada de la democracia a España lo que se hizo fue «corporatizar todo el poder que antes ejercía Franco sobre la judicatura que pasó a manos de los jueces» y además se «politizó muchísimo el nombramiento de los jueces que iban a decidir sobre los demás jueces». Esto ha hecho que hubiera muy poca renovación en la judicatura española.

Algunas decisiones judiciales recientes como la causa contra Garzón o los detalles del caso Gürtel han evidenciado que en España «los jueces están claramente caracterizados por estar de parte de un partido o de parte de otro partido y a estas alturas parece bastante claro que sobre todo en las altas esferas de la judicatura predomina el numero de jueces que piensa exactamente igual que el Partido Popular».

El corresponsal de los Países Bajos considera que el caso Garzón es una «caza de brujas», pero cree que quienes lo están haciendo no se dan cuenta del «esperpento, del espectáculo que están dando ante el mundo».

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