En los últimos tiempos y ante las dificultades económicas de numerosas empresas occidentales se ha conocido el interés de China por adquirirlas o entrar en el accionariado en posición ventajosa. Esta estrategia ha motivado especulaciones. ¿Está el gigante asiático intentando ayudar o se están aprovechando de la crisis? Un artículo de Safe Democracy considera que China está desplegando una estrategia para lograr posiciones de influencia de cara a fijar su papel en el futuro orden financiero internacional más que debilitar a las economías desarrolladas.

La bandera china
(Foto: Flickr/Tipani)

La compañía minera Rio Tinto o la australiana Oz Mineral han sido dos de los últimos casos. También ha habido acuerdos en Brasil y Rusia. Y además el presidente chino Wen Jiabao ha anunciado una nueva misión comercial por Europa. Según el analista Xulio Ríos, los líderes chinos se han dado cuenta que la supremacía occidental en economía está en entredicho y quieren aprovechar la coyuntura de crisis global para ganar influencia estratégica.

Al igual que sucede con el tema de la cooperación en Africa, Occidente muestra cierto recelo ante estas iniciativas chinas, pero según Safe Democracy, «China procurará manejar su proyección con exquisito cuidado, tratando de evitar riesgos propiamente económicos, pero también políticos, exhibiendo responsabilidad frente a las debilidades de las economías occidentales pero también preocupándose de adquirir una mejor comprensión y aprendizaje de las claves de las finanzas mundiales para no repetir errores»

Desde Pekin se plantean las misiones comerciales como operaciones económicas, pero también de imagen. Quieren que el mundo destaque su contribución a la dinamización del consumo y el empleo y además hacer gala de su responsabilidad ante el delicado momento actual. Por eso se fijarán especialmente en aquellos sectores estratégicos necesitados de dinero fresco y que coinciden con sus necesidades más apremiantes (energía y recursos minerales).

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