En una carta publicada en la revista Science, trabajadores de universidades estadounidenses instan a las instituciones a defender a las personas trans amenazadas por las políticas de Donald Trump. Acusan al presidente de EEUU de estar llevando a cabo una campaña para eliminar sistemática al colectivo trans de la vida pública. Denuncian además, según explican en Sinc, que muchas de estas personas se enfrentan a una doble discriminación cuando se trata de migrantes y que el gobierno de Trump ha cancelado la financiación de investigaciones centradas en la salud de personas LGTBI..

Desde que Donald Trump ascendió a la presidencia de Estados Unidos a principios de año, el colectivo trans se encuentra en su punto de mira. La Administración del republicano ordenó que en los pasaportes solo figurase el género asignado al nacer, aunque un juez bloqueó temporalmente esta política el pasado 17 de junio. Otra de sus políticas ha sido prohibir los programas de Diversidad, Igualdad e Inclusión (DIE, por sus siglas en inglés). Así, revoca los requisitos de no discriminación por identidad de género en contrataciones federales.

Por ello, la semana pasada un grupo de investigadores de universidades estadounidenses de todo el país firmó una carta en la revista Science donde reivindicaban a las instituciones que brinden protección a los científicos trans y de género no conforme (TGnC, por sus siglas en inglés).

“El gobierno de Trump ha comenzado una campaña implacable para eliminar a las personas transgénero y de género no conforme de la vida pública”, dice a SINC Melanie Ortiz Álvarez de la Campa, investigadora de la Universidad de Brown y una de las firmantes. “Estas no son acciones aisladas, sino eliminaciones sistémicas”, añade.

Ortiz recuerda que el presidente estadounidense rescindió fondos federales cruciales para la investigación y los servicios de apoyo para personas trans. En concreto, el Gobierno canceló 68 subvenciones a 46 instituciones por un total de 40 millones de dólares que habían sido concedidos a investigaciones centradas en la salud de personas LGTBI.

Según escriben los autores en la carta, “los cambios en las políticas de financiación federal relacionadas con las personas trans y las políticas DEI amenazan con recortar la diversidad y la libertad académicas”. “Las instituciones han dudado en resistirse, pero para muchos científicos queer —especialmente los que no son blancos, son inmigrantes o con discapacidades— la invisibilidad no es una opción”, añaden.

Por su parte, Ortiz subraya que las identidades trans “se politizan, sus investigaciones se desfinancian y su seguridad se ve comprometida”.

El papel de las instituciones científicas

En el texto los investigadores reclaman que, con el apoyo de los gobiernos estatales y locales, las instituciones deben comprometerse a mantener la cobertura del seguro para la atención médica a las personas queer y compensar el impacto de los recortes federales con subvenciones y fondos adicionales.

“Las instituciones deben apoyar a las personas queer y a otros científicos que pertenezcan a minorías garantizando su seguridad y privacidad, su acceso a la asistencia jurídica y a la atención sanitaria, y sus oportunidades en la educación, el empleo y la sociedad”, reclaman.

En este sentido, los expertos critican que la obediencia anticipada o la alianza pasiva de las instituciones universitarias son “insuficientes”. “Las instituciones deben abandonar la neutralidad y defender a las comunidades afectadas para minimizar los daños.

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