A raiz de la emisión del programa de la Ser/radiocable en Secondlife he encontrado algunas críticas [1,2,3,4] verdaderamente interesantes a los mundos virtuales. Me interesa especialmente una de ellas porque contesta a la precariedad técnica que se atribuye a Second Life [«lo encontré difícil de usar, técnicamente flojisimo y en definitiva un autentico tostón»]:

«…no os dejéis engañar por la relativa pobreza de los gráficos vectoriales, lo rudimentario del interfaz o las nulas posibilidades sensoriales que ofrece más allá de la vista y el oído: el camino está expedito y ya sólo es una cuestión de (poco) tiempo que la conexión a realidades virtuales sea cada vez más semejante a la experiencia del mundo real…»

…pero sobre todo porque aporta una perspectiva filosófica muy interesante:

«[…] ¿Quién se esforzaría en una búsqueda de la verdadera libertad, la de conocer e integrar lo que uno es, cuando puede conseguir sin esfuerzo un sucedáneo muy convincente en lo sensible con tan solo tener delante un dispositivo electrónico? ¿Quién buscaría dentro, se enfrentaría a sí mismo, sufriría mil y una decepciones y sinsabores, si tuviese la posibilidad de ser un voluble dios en su propio universo? Si hasta ahora esto no había podido realizarse, la tecnología viene a suplir este ??hueco? providencial… [sigue..

Es cierto que la verdadera libertad del hombre es alcanzada con la aceptación de uno mismo. Sin embargo el texto da por hecho que todo se puede conseguir en Second Life. Eso no es exactamente así. Controlar al ser humano es imposible: y allí sucede eso con el resto de los jugadores. Sin embargo en cuestiones de conducta y moral es donde uno puede transgredir más dentro de Second Life. ¿Es una ilusión? ¿Sólo un sueño? ¿solo transitorio?….quizá pero…¿es una buena experiencia? ¿merece la pena experimentar con ello? ¿vamos a poder prescindir de los mundos virtuales?.
A mí todo lo que sucede entorno a Second Life y sus debates me recuerda a las primeras conversaciones sobre Internet. Y eso me resulta realmente estimulante…y toda una advertencia.

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